Bienvenidos al circo-alcaldía

¿Saben lo que más temo de los últimosaños? Que la ética de la sociedad ecuatoriana se haya podrido. Hay que tenerlo claro, la cultura no es estática. Los valores de un colectivo pueden ir variando con los años.

Si, por un largo periodo -escojamos un tiempo al azar, por ejemplo 14 años (imaginemos un tiempo de dos años para emitir una nueva constitución y luego tres presidencias de cuatro años)- las instituciones públicas se dedican al robo y al saqueo, ¿creen ustedes que la gente siga teniendo los mismos valores? ¿No será que poco a poco, más y más jóvenes quieren ser parte de ese festín? Con cada año que pasa, ¿no será que más funcionarios (y sus parientes, sus amigos, etc.) se familiarizan con el robo? Estos círculos viciosos pueden terminar con lo poco que tenemos de calidad de vida en el país.

Yo no creo que estoy viviendo en el mismo Ecuador que aquel en el que nací. Tengo la total certeza de que antes la gente era menos tolerante a la corrupción. La moral y los valores eran más importantes. Y, hay pruebas.

“Jorge Yunda se compró el mismo auto que tiene Antonio Valencia”, este titular publicó el sitio de noticias deportivas El Futbolero, en junio del año pasado. Luis Eduardo Vivanco publicó las citaciones por las multas de Yunda en su auto de lujo. Ese auto cuesta USD 160 000. Pero si antes de ser Alcalde tenía el sueldo de asambleísta, ¿de dónde sale la plata para estos lujos? ¡Es que tiene las 46 frecuencias!
Bueno, en realidad no, supuestamente nunca las tuvo. ¿Entonces?

¿Dónde está la inspección del SRI al patrimonio de Yunda? ¿De dónde salió el dinero para los bienes de sus hijos, su madre y hermana? ¿Quién está inspeccionando el lucrativo negocio de grúas en Quito? Pero a Jorge Yunda le vale un salado rábano. El quiere manejar su carrazo, eso es lo que gana cariños. Los videos del grupo musical del hijo están llenos de avionetas y autos d e alta gama, es cierto que son solo los videos, pero ¿de dónde sale el dinero para esas producciones? Tampoco importa.

Tan roto está el sistema que la defensa suficiente es el chabacanería y el descaro. Ante la solicitud de que tome una licencia hasta que pase su juicio penal, responde “Yo tengo licencia sportman y con esa me manejo”. Sin duda, en su mente estaba su maravilloso auto, que los quiteños debemos ver circular; y el misterio de su financiamiento, que quienes pagamos impuestos debemos tragar.
En uno de los chats revelados del hijo de Yunda con su pariente Christian Hernández Yunda, se escriben que “la persecución
se acaba en abril”. Ah, ¿si? ¿Es porque piensan que se acabarán los juicios? ¿Todos los indicios, todo el dinero ganado se explicará?
¿Qué pasará este mes que hará que los Yunda ya no tengan grillete? Yo ya estoy cansado de este espectáculo, ojalá no arranque una nueva función del circo.

Suplementos digitales