La Bienal de Cuenca es un hito indiscutible para la reflexión política alternativa desde el Sur y para el desarrollo entre las artes y los artistas contemporáneos no solo de Ecuador sino a nivel internacional. Pertenecemos a la tercera oleada de bienales del Sur después de las de Sidney y Medellín en las décadas del 60 y 70. Nacimos en 1986 y llevamos un número record de ediciones: 13 ediciones desde entonces.
La Bienal consolida al país y a la ciudad de Cuenca no solo como un destino de “turismo temporal de jubilados” o de paso, sino como un centro para pensar en la contemporaneidad, generar nuevo conocimiento y crear alianzas que promuevan pensamiento crítico y en muchas ocasiones luchas contra el adormecimiento capitalista. Son lugares cruciales para las prácticas de arte contemporáneo, para tejer las historias del arte y las curatoriales de nuestro continente. En estas citas, y todo el despliegue educativo y comunicacional entre una y otra bienal (además de los días de exposición), se busca establecer zonas de agencia y creación, no solo de exhibición de la pobreza y explotación, aunque también estos aspectos son cruciales. Son formas de hacer política por otros medios, formas de descolonización. Y a pesar de que toda bienal de alguna manera usa un formato colonial también busca superarlo, debatir en contra.
¿No es esto lo que todos quisiéramos para pensar diferente y superar nuestras caducas y tradicionales formas de dormir sin inquirir, sin cuestionar nada de nada? Cómo dejar morir la cita más importante de arte del país por falta de interés, estabilidad y financiación? Y lo digo porque conocemos que de los USD 300.000 “pedidos” al Ministerio de Cultura, solo “darán” USD 100.000. La Bienal arrastra un déficit de USD 100.000…O sea que para la XIV edición vamos en 0. El Plan Nacional de Lectura “José de la Cuadra” tiene un financiamiento de USD 4.5 millones entre el 2018 y el 2021. Nuestros políticos son incapaces de discriminar, seleccionar y comprometerse? Es que la Bienal de Cuenca no es prioritaria en vísperas de elecciones porque no da votos, porque más bien incomoda? Es que traer a Ricky Martin a Cuenca a unos costos elevadísimos dejará algo más que un buen momento?
Señores del Ministerio de Educación y Cultura, de la Municipalidad de Cuenca, no se trata de “rogar”, de “mendigar” presupuestos míseros para cada edición. Se trata de una vez por todas establecer un presupuesto regular base que cada director de Bienal use como partida para generar compromisos con la empresa privada, sin que dependa de esta última. A estas alturas del partido, sería temerario dejarla morir…
Las bienales de arte, de literatura o teatro son espacios que nos sacuden, son lugares de transregionalidad crítica que debemos cuidar como verdaderos tesoros.