El baipás, es un conducto artificial y alternativo para la comunicación entre dos o más puntos. En el caso del Yasuní-ITT, metafóricamente, existen tres: el ecológico, el político y el económico. En el primero se avivó una brasa. Por primera vez, los cenáculos de la izquierda radical y romántica percibieron que el modelo extractivista era la base de un modelo de bienestar y consumo, de nula fiscalización y no, como lo establecía la ortodoxia marxista, cuyos vientos alentaron a los primeros espíritus de la revolución ciudadana. Es verdad que no existieron protagonistas políticos que secunden la estrategia ecológica; sin embargo, no fue óbice, que ante la falta de banderas o líderes de la oposición, hayan surgido o revivido movimientos y posturas dormidos desde los albores del régimen. Despertaron y se encontraron con un emblema de la naturaleza que los devolvió al mundo del activismo. Es probable que por esa difícil presencia el régimen no se arriesgara a una consulta popular. No obstante, nadie puede apostar que sus actos y la extrema saturación publicitaria haya encunado un “Caballo de Troya”. Un prepotente manejo mediático utilizó la alquimia y transformó la protesta en resistencia.
El conducto político es más fácil por la mayoría en la Asamblea Nacional y el control que se ejerce sobre los organismo autónomos sometidos al poder para escarnio de la identidad nacional, no es de extrañarse que a sus titulares les atormente el recuerdo de la “noche de los cuchillos largos” en Berlín de 1934 o el indecoroso “día de los manteles” de los legisladores en el Ecuador. Desde entonces, en las esferas del Gobierno es conveniente saludar o despedirse con la mano en alto -por favor, no con el dedo central erguido- y repetir un histórico saludo: “Sieg…Heil! Sieg…Heil! Heil …” .
El aspecto económico fue el resultado más importante para el Régimen, aunque es muy difícil conocer los reales parámetros o los núcleos de interés que los motivan. Según algunos economistas, si no se extrae la riqueza petrolera de la zona intangible, en pocos años estaremos en una debacle; otros, se preguntan si la necesidad fiscal es el único gran motivo para continuar este proceso y, los más suspicaces, sugieren que tras los no contactados, la biodiversidad y el aparataje publicitario, luce imponente la refinería china y venezolana de El Aromo. Todo el tiempo desde que se anunció el fracaso del Plan A como el de Pegaso, hasta que la Asamblea cumpla con su deber, el proceso deja facturas. El Gobierno sintió, que aunque superó la resistencia social y la frustración de los jóvenes, el Plan B clasificó al mundial con ayuda del árbitro. La oposición, salvo raras excepciones, fue descubierta con las manos en la masa del contubernio. No debe ser una sorpresa. La gallina, sin importarle el gallinero, siempre defiende a sus huevos, máxime si alguno es de oro.