Pamela Aguirre y Stephanie Baldeón, en lugar de dedicar tanto esfuerzo en resucitar la cuarta candidatura del presidente Rafael Correa, podrían trabajar en una causa más fecunda: luchar por que Alianza País tenga mejores mecanismos de democracia interna.
Puede ser que esta tarea también requiera del liderazgo de dos activistas jóvenes capaces de mover montañas. Pero seguro sería importante que lo intentaran.
Por fuera de la estrategia poco clara del colectivo Rafael Contigo Siempre, de tumbarse la transitoria constitucional que impedirá al Presidente -al menos en el 2017- perpetuarse en el poder, se ha escuchado con fuerza un par de nombres más como posibles candidatos sucesores: el de los vicepresidentes Lenín Moreno y Jorge Glas.
Con sus méritos y limitaciones, estos nombres ya están posicionados en la línea de partida del oficialismo; Correa se ha encargado de ponerlos en el debate. Pero Alianza País, más allá de lo que dice el caudillo, no se ha dedicado a promover otros precandidatos, como debiera ocurrir en un espacio vivo donde se supone se proyectan los intereses diversos de su militancia.
Por eso, el colectivo de Aguirre y Baldeón podría impulsar una campaña interna para promocionar a Ricardo Patiño, ya que trayectoria le sobra. Él es quizás el ecuatoriano que más tiempo ha dirigido la Cancillería y el que más ha rotado en un gabinete. Seguro, ya sabe de relaciones exteriores y de economía. Es un político ‘full time’ y, hasta que llegue el momento de su inscripción, algo habrá aprendido de los militares.
También es una de las figuras de mayor confianza del Presidente y el motor de Alianza País en materia organizativa e ideológica, pues es de los pocos que mantiene ese discurso soberanista y bolivariano tan devaluado.
Esta no es una columna a favor de Patiño, pero si Alianza País se toma en serio la tarea de buscar un sucesor, cien por cien verde flex, este súper ministro es el cuadro idóneo. Ay Pame, su colectivo podría trabajar por él.