Asia vista desde Asia
Parece un juego de palabras pero no lo es. En Occidente se mira a Asia con respeto, cautela, un grado de desconocimiento y hasta temor.
La conciencia de la condición de potencia creciente de la gran China, los enclaves de Shanghái y Hong-Hong y sus especiales estatus, el siempre estructurado desarrollo de Japón, la insurgencia enorme de Corea del Sur, la amenaza nuclear de la dinastía tiránica de Corea del Norte, las leyendas y las historias ciertas de los ‘tigres asiáticos’ suelen mirarse como un todo omitiendo sus complejidades.
La semana pasada se desarrolló en la Isla de Jeju - una de las maravillas naturales de la humanidad- el Noveno Foro con 4 000 asistentes de 56 países. Su solo nombre es una voz de esperanza: ‘Paz y prosperidad’.
El ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Sur, Yun Byung-se, mostró la paradoja del Asia en crecimiento económico con la tensión política y la inseguridad. Puso el reto: un Asia pacífica, próspera, libre, abierta y democrática.
Pero ese anhelo no esconde las dificultades de entenderse entre quienes ‘comparten la misma cama pero tienen diferentes sueños’, según Yang Xie Chi, excanciller de China.
El fantasma de Corea del Norte y el futuro del Noreste de Asia rondaron las conversaciones. Bastaría ver la nota de Park Eun-jee en Korea Joongan Daily para advertirlo.
La potencia nuclear alimentada por Stalin y Mao sigue amenazando con maniobras nucleares. Todo un llamado de atención regional, una campanada que no deja dormir a Corea del Sur y una manera de mantener alerta a su propio pueblo que vive con el cuento del partido único y el carácter divino de sus líderes: los Kim, padre, hijo y nieto, quienes heredaron el ‘trono’ comunista dinástico y hasta simulan elecciones. Con control absoluto de los contenidos periodísticos y la priorización de noticias tal y como los quiere el caudillo (el sueño de toda tiranía), los coreanos del norte sufren su pobreza y carecen de libertad. No tienen cifras ni puntos de comparación con sus prósperos vecinos del sur, como no sean los discretos y secretos correos de familiares que viven tras el férreo bloqueo de una barrera de ignominia.
En Corea del Norte no saben que Corea del Sur es potencia tecnológica, industrial, educativa y de salud.
Julia Gilliard, exprimera ministra australiana remarcó que Corea del Norte sigue oprimiendo a su propio pueblo y que preocupa al mundo su potencial nuclear. Sobre China, apuntó que los enormes cambios económicos están creando enormes oportunidades para que millones salgan de la pobreza.
Ante los temores sobre China, su exministro de Relaciones Exteriores de China, Li Zhaoxing, subrayó que ‘el surgimiento de China como un país más fuerte no plantearía amenazas’. Ofreció un desarrollo gradual y pacífico.
En Jeju, Asia sigue soñando. Una ‘caja de Pandora’ como dijo el ministro sudcoreano Yun.