Asesorando a Alvarito

Los millonarios en el Ecuador deben rebanarse periódicamente los sesos buscando la manera de traspasar a sus hijos sus bienes sin pagar los altísimos impuestos a las herencias. La Revolución Ciudadana subió el impuesto a las herencias, pero después les dio la estrategia perfecta para pasar verdaderas fortunas de una persona a otra sin pagar impuestos.

Es más, a ratos parece que los de los corazones ardientes fueran los que están rebanándose los sesos para ayudar a las personas con las mayores fortunas del país.

La idea es sencilla. Dice la Revolución Ciudadana que si a alguien le pagan un montón de plata como indemnización por un daño moral, ese pago no es considerado como un ingreso al momento de calcular el impuesto a la renta.

Entonces, si usted quiere pasarle una considerable fortuna a algún pariente, simplemente tiene que encontrar la manera de entregarle ese dinero como si fuera la compensación por daño moral.

Imagínese que algún millonario sale por ahí y, frente a muchos medios de comunicación, dice "mi hijo Alvarito junior es un mal tipo". O mejor imagínese que dice algo más feo, algo que realmente pueda considerarse como injurioso. De una vez, hasta podría acusarle de algún delito.

Entonces, como parte del plan, el junior tendría que ponerle una demanda por daño moral a su padre por, digamos, cien millones de dólares. Aclaremos que si papi le diera esos mismos cien millones como herencia, el junior tendría que pagar, aproximadamente, USD34 874 000 por concepto de impuesto a la renta.

Pero si el junior le gana el juicio a su padre (y estamos suponiendo que el plan es que papá pierda), el milagro se vuelve realidad: le pasa los cien millones enteritos al guagua sin pagar un sólo centavo de impuestos.

Y pelado el pollo. Y los casi 35 millones que hubieran permitido pagar una consulta popular adicional, esfumados.

El junior se enriqueció en cien millones, papá está contento porque le pasó su fortuna al guagua y el Estado no puede cobrar un sólo centavo por impuestos porque según las más altas autoridades de la Revolución Ciudadana, un pago de esos no es un "ingreso" y por lo tanto, no paga impuesto a la renta.

El hecho de que el artículo 2 de la Ley de Régimen Tributario Interno diga que se considera renta todos "los ingresos de fuente ecuatoriana obtenidos a título gratuito", parece ser irrelevante. El hecho de que, después del pago, el junior sea muchísimo más rico que antes, no importa. Pero el hecho de que los impuestos empiecen a parecer injustos empieza a convertirse en algo evidente.

Irónicamente, podríamos decir que la única esperanza que le quedaría al Estado es que el junior decida comprarse un departamento en Bélgica porque así, al menos, le cobrarían el 2% de impuesto a la salida de divisas.

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