Columnista invitado
¿Me quieres convencer que aquellos violentos indígenas que destruyeron Quito, volvieron al campo y se transformaron de un día para otro en ciudadanos modelos, respetuosos de la autoridad, la propiedad pública y privada? ¿Estas personas que amedrentaban con lanzas a los policías, son las mismas que tú me dijiste viven en armonía con la madre naturaleza?
Me quedé callado. El turoperador extranjero cancelaba por un año los paquetes a Ecuador, en los que se incluía visitas a Comunidades Indígenas de los Andes y la Amazonia.
Ecuador se proyecta al mundo prisionero de organizaciones que manejan discursos a favor de los pobres, dirigidas por quienes tienen el poder de movilizar masas agresivas, capaces de paralizar el país en cuestión de horas. Es sensato que los turoperadores extranjeros nos excluyan del mapamundi turismo.
Obviamente los “compañeros” que simpatizan con sus causas y tienen acento caribeño, seguirán llegando a las comunidades, pero no pagan hospedaje ni alimentación. Algunos turistas reales eventualmente vendrán, aquellos que les gusta el turismo negro: visitar favelas o cementerios; pero el turista estándar que venía a conocer el Ecuador de los cuatro mundos, huirá tal vez por años. Luego de la violencia en Egipto en 2011, ese país demoró 6 años en recuperar su flujo habitual,;el primer grave error de sus hoteleros, fue bajar tarifas.
Las ciudades con zonas seguras, como el malecón de Guayaquil, recuperarán de a poco el turismo extranjero, a Quito le costará mucho esfuerzo por lo fácil que resulta aprisionarla; pero las feroces comunidades indígenas difícilmente podrán convencer que volvieron a ser personas pacíficas con formas ancestrales llenas de espiritualidad; y menos, con sus anuncios de nuevas movilizaciones.
El gobierno anterior invirtió mucho dinero -sin transparencia ni medición de resultados- en promocionar en las ferias internacionales, básicamente: el tren, tortugas, indígenas y el centro histórico de Quito, al tren lo envenenaron con durmientes podridos, sobrevivieron a la furia indígena sólo las tortugas.
Sindicatos y asociaciones de universitarios apoyan el mostrarnos como ingobernables, lo que suma más tiempo a la veda turística a Ecuador y la consiguiente eliminación de puestos de trabajo, en un sector que -junto a la construcción- era el mayor generador de empleo; conviene clausurar las facultades de turismo, definitivamente no habrá trabajo para nuevas promociones. Por años, cientos de indígenas andinos y amazónicos, estudiaron turismo, siguieron cursos de Guías -muchos fueron compañeros y alumnos-, se capacitaron, invirtieron en hospedajes en zonas remotas, estilizaron su gastronomía, afinaron su música, dieron colorido a sus danzas. Ahora le dicen al país y al mundo: estamos encima de ley y de la convivencia pacífica.