El Proyecto Lojanidad de la Universidad Técnica Particular de Loja y un grupo de arquitectos, coordinado por Karina Monteros Cueva, con el auspicio de la empresa “Hidalgo e Hidalgo S.A.”, han editado el libro “Loja su Patrimonio Arquitectónico”. La obra, con calificada bibliografía, se refiere al desarrollo de la arquitectura de la ciudad desde la Colonia hasta hoy.
Empieza con la configuración urbana de Loja en su fundación en el valle de Cusibamba, realizada según las Leyes de Indias que dictaban ordenanzas para su emplazamiento debido a la conquista y colonización españolas. “Cuando hagan la planta del lugar, repártanlo por sus plazas, calles y solares a cordel y regla, comenzando desde la plaza mayor, y sacando de ellas las puertas y caminos principales, y dejando tanto compás abierto, que aunque la población vaya en crecimiento, se pueda siempre proseguir y dilatar la misma forma”. (Capítulo IX). A partir de la plaza mayor, el trazado de la ciudad se extiende longitudinalmente por el canto de los ríos Zamora y Malacatos.
Según la obra, la vivienda en la Colonia debió acomodarse a las enseñanzas de la nueva cultura, aunque la indígena se resistió orgullosamente al desplazamiento de la suya. La arquitectura colonial enfatizó en la vida familiar orientada hacia el interior de la vivienda, esto es el patio central. El tapial, adobe, bahareque y la teja fueron los materiales utilizados en la construcción de edificios y viviendas.
Las ‘Casas de Estancia’ son parte de la arquitectura patrimonial de Loja. Ubicadas en lugares elevados, son edificaciones desde donde se administraba una extensión de tierra rural de menos de 500 hectáreas cercana al centro urbano.
El libro recoge interesantes citas y estupendas fotografías de ellas, bien mantenidas unas y otras no tanto. Algunas estancias se transformaron en los actuales barrios de la ciudad.
No podían faltar anotaciones sobre la arquitectura vinculada con las órdenes religiosas de los Dominicos, Lazaristas, las Concepcionistas y otros. Las iglesias, varias reconstruidas, le dan al centro de Loja un carácter religioso inconfundible. Hay apuntes sobre las arquitecturas de finales del siglo XVIII e inicio del XIX y neoclásica, lo mismo que estupendas ilustraciones de la Plaza Central o Plaza Mayor, la de Santo Domingo, de San Francisco. El proceso de crecimiento físico de la ciudad, las arquitecturas del siglo pasado hasta 1960 y la moderna son temas muy bien expuestos.
El libro es un nuevo y apreciable aporte a la cultura nacional de la Universidad Técnica Particular de Loja, del auspiciante y los profesionales que intervinieron en su edición.