Armonía en los frentes económico y productivo

Un nuevo ambiente se respira en el entorno empresarial. La llegada de un nuevo ministro a la Cartera de Economía despierta interés en los mercados nacionales e internacionales. Después de un año de tropiezos en la designación de autoridades, el Gobierno quiere corregir sus errores y dar un giro hacia el pragmatismo. Algo tan sencillo y de sentido común, sin ideologías de por medio.

La firma esta semana de compromisos de inversión por USD 360 millones con 11 empresas privadas, en manufactura, electricidad, acuicultura, turismo, comercio y logística, es una muestra de que si las reglas son claras y las visiones son coherentes, los resultados llegan.

Ahora solo resta esperar el contenido de la reforma económica, para afianzar este nuevo giro que busca el país.

En el primer año de Gobierno fue evidente el distanciamiento entre el frente económico -apegado a la línea ideológica del Régimen anterior- y el productivo -orientado a la búsqueda de nuevos mercados, acuerdos comerciales y mayores inversiones-. Mientras el uno apostaba férreamente por el proteccionismo y la permanente presencia del Estado en el manejo de la economía, el otro sigue en la búsqueda de integrarse al mundo e invitar al inversionista extranjero.

Si en esta nueva visión del Gobierno también se incluyera la coherencia de la política exterior, los objetivos serían más ambiciosos en cuanto a tener una mejor perspectiva del país en los mercados internacionales.

Los discursos de apoyo a gobiernos que a todas luces se aferran al discurso oficial que se proclama en Nicaragua o Venezuela, restan fuerza a esa coherencia que debiera mostrar la nueva hoja de ruta de la economía nacional.

Mientras más inversiones puedan llegar, más oportunidades habrá para generar empleo; mientras más activo se encuentre el sector productivo, más recursos podrá recaudar el Fisco y atender con más eficiencia los programas sociales, así como dar más atención a los proyectos de salud y educación, hoy disminuidos por cumplir con la deuda externa.

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