Este es un fin de semana interesante para quienes creemos en un voto lo más informado posible, así como en la necesidad de que se conozca por todos los medios disponibles qué país tienen en la cabeza los candidatos, qué proponen como salidas a las dificultades en campos como la economía, la salud, la falta de ética pública.
Nadie ignora que vivimos una crisis de representatividad política a escala mundial, pero mientras las reglas dicten que los políticos son quienes deciden por todos, lo mínimo a lo que se puede aspirar es a conocer sus puntos de vista, aunque sea de modo sucinto.
Un grano de arena es el Debate que este fin de semana promueven El Comercio y Televicentro, junto con radios Quito y Platinum. Todos los candidatos dijeron inicialmente sí, pero dos se apearon en el camino. Puede haber varias razones, pero antes, los hechos.
La candidatura de Andrés Arauz tuvo una representante en el acto del 18 de diciembre en el cual los asistentes aprobaron el guion y el reglamento del Debate, así como la metodología. También participaron en el sorteo en el cual se definió el orden de participación de los candidatos y qué grupo integrarían.
Pese a ello, el procurador de su movimiento dejó al final del 29 de diciembre, en la garita de este Diario, un documento en el cual señalaba que Arauz no participaría en nuestro evento porque se trataba de un medio privado. Pero somos empresa privada desde hace 115 años, y lo éramos también el 18 de diciembre.
Creyendo que se trataba de un malentendido, escribí al encargado de comunicación del movimientoel 30, pero no obtuve respuesta. Tuve que buscar otras vías para que finalmente respondiera… el lunes 4 a las 18:00.
¿Qué pasó con Arauz en la segunda quincena de diciembre? Hizo declaraciones como las de ‘la minería inversa’, habló con el Financial Times y sus conocimientos causaron estupor. En el interín, se contagió de covid-19. Al parecer, ya superó el virus pero no las salidas en falso. La consigna hoy pareciera ser sacarle el jugo a la imagen de su mentor, Rafael Correa, y trabajar en zonas de influencia directa.
En cuanto a Yaku Pérez, nombró a un delegado que se acreditó para el sorteo y no llegó. Pero el contacto con esa candidatura se mantuvo y su comunicación en la que envía el currículo solicitado para el Debate llegó el 4. Empero el 5 circuló un críptico mensaje en el que daba a entender que no participaría. Manuela Picq tradujo días más tarde: Yaku no irá.
Se entiende la necesidad de luchar voto a voto en el sector rural y urbano marginal, pero la clase media también importa en la construcción de un electorado, ¿o no? El miedo es libre, y no solo al covid. Quizás hay temas que incomodan: economía, pandemia, seguridad, corrupción. También se puede decidir no participar, pero hay que actuar sin zigzagueos desde el inicio. Es eso lo que se exige de todos, y mucho más de aspirantes a dirigir el país.