Miles de egipcios se congregaron en la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, para apoyar la medida de reemplazar al ministro de Defensa y jefe del Ejército, decidida por el presidente Mohammad Morsi.
El Presidente ordenó el retiro del poderoso mariscal de campo Hussein Tantawi y de varios generales de alto rango, y canceló enmiendas constitucionales que las Fuerzas Armadas habían emitido para restringir los poderes presidenciales.
Morsi anunció el domingo 12 a través de un portavoz la destitución de Tantawi y su designación como asesor presidencial.
Según la televisión estatal, Abdul-Fatah al-Sessi reemplazará a Tantawi como ministro de Defensa y como comandante general del Ejército.
Morsi también retiró de su cargo al jefe del Estado Mayor del Ejército, Sami Anan, y lo nombró asesor presidencial.
El teniente general Sidki Sayed Ahmed fue nombrado sustituto de Anan.
Morsi también designó al juez Mahmoud Mekki como vicepresidente. Todas las decisiones entraron en vigor de inmediato.
Miles de egipcios celebraron el anuncio el domingo por la noche en la plaza Tahrir, que fue escenario de las protestas que derrocaron al ex presidente Hosni Mubarak (1981-2011).
“El pueblo apoya la decisión del presidente”, coreó la multitud.
Otros se mofaron del alejamiento de Tantawi, oficialmente presentado como un retiro. “Mariscal, diga la verdad: ¿Morsi lo echó?”, dijeron los presentes. Rawya Rageh, de Al Jazeera, informó desde El Cairo que “el país puede no tener una Constitución, pero hay declaraciones constitucionales que especifican la descripción de las tareas del Presidente, y contratar y despedir a altos funcionarios del Gobierno está perfectamente dentro de su autoridad”.
Lo que llama la atención es que fue una medida sorprendente y osada”, planteó. “Morsi, que al principio no quiso desafiar a las Fuerzas Armadas, aprovechó la oportunidad del ataque fronterizo (perpetrado por islamistas en la península del Sinaí) para poner fin a la carrera política de uno de los militares de más extensa trayectoria en el país”, añadió.
“Pero haya sido para anotarse un tanto político o realmente un asunto de responsabilidad, independientemente de los motivos, esto fue un terremoto político”, dijo Rageh. “Después de todo, tanto Tantawi como Anan, los dos miembros más poderosos del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, durante mucho tiempo parecieron invencibles, tanto en el período en que el Consejo tomó el control del país como después de la elección del presidente Morsi, en junio”, señaló.