El lunes 8 empezaron las negociaciones para un tratado comercial con Costa Rica. La importancia de ese mercado radica en que es posible venderle productos no tradicionales. Pero el mercado es pequeño: ventas anuales de USD 25 millones.
Mas importantes son otros dos acuerdos también en negociación: con China y Corea del Sur. Entre nuestros principales mercados, China es el que exhibe la más fuerte expansión y por ende ofrece crecientes oportunidades. Corea del Sur tiene un arancel proteccionista, por lo que los países con acuerdos comerciales con Seúl, como Colombia, gozan de gran ventaja. Un acuerdo comercial con Corea abre las puertas a un fuerte incremento en ventas sobre todo camarón y banano.
La primera prioridad en acuerdos comerciales es ingresar a la Alianza del Pacífico, para lo que se requiere un tratado comercial profundo con cada uno de sus cuatro miembros plenos. Lo tenemos con Colombia, Perú y Chile, falta México. Pero López Obrador bloquea el acuerdo, puesto que se opone el ingreso a los principales productos ecuatorianos de exportación.
La contrapartida de ganar acceso a mercados extranjeros es abrir el mercado nacional. Hay quienes se oponen, argumentando que significaría el cierre de empresas nacionales y pérdida de empleo. El Ecuador aplica una muy decidida sustitución de importaciones desde 1969, cuando se firmó el Acuerdo de Cartagena. Se otorga protección a empresas para propender al desarrollo industrial.
Si bien en el corto plazo el proteccionismo favorece la instalación de nueva empresas, su perennización desincentiva a las empresas a innovar, lleva a un uso poco eficiente del capital, y castiga al consumidor con precios altos.
Son más de cincuenta años de vigencia de la sustitución de importaciones, y ya es hora de ir levantándola; que las empresas abandonen las líneas en que no son eficientes y concentren todos sus esfuerzos en las que sí lo son, para que puedan enfrentar exitosamente la competencia externa e incluso exportar.