Lo previsto y dicho: la bullanga electoral se acerca y pronto tendrá prioridad sobre el virus mortal que nos acecha. Vale preguntar: ¿A cuántos ciudadanos les interesa realmente?
Un dato inquietante es el que sigue: “También el Registro Electoral Pasivo en el que constan 607.000 que no han participado en las últimas cuatro elecciones y tampoco han realizado trámites en el organismo” (EL COMERCIO, 7 de junio 2020) ¡607.000 ausentes!
En esta alarmante cantidad de ausentes deben constar los fallecidos. Conocido es que en nuestras elecciones votan hasta los muertos. También es conocido que el verdadero interés de muchos votantes es obtener el comprobante de la mesa electoral, sin el cual no merece atención en un sinfín de trámites.
Hablando con el corazón en la mano, ¿políticos y politiqueros creen, sinceramente que la ciudadanía está entusiasmada por elegir asambleístas? El último incidente con el representante manabita inmiscuido en el escándalo del Hospital de Pedernales, nos recuerda que la Constitución no es un paraguas para favorecer impunidades. En su Art. 128 se refiere al caso de enjuiciamiento civil o penal con “autorización” de la Asamblea… “excepto en los casos que no se encuentran relacionados con el ejercicio de sus funciones” (Delinquir, no es función de un Legislador). Y si la aspiración de un candidato es ganar un puesto para librarse de causa penal ya en trámite, el mismo artículo agrega… “continuará en trámite ante la jueza o juez que abocó conocimiento de la causa”.
Las ejemplares actuaciones de la Fiscal General, Dra. Diana Salazar y del Contralor Dr. Pablo Celi, ya están en preocupación y alarma de correítas del antiguo Régimen y correítas reencauchados enquistados en el Gobierno del Presidente Lenin. Ya se escuchan amenazas de “juicios políticos” en la Asamblea.
Los interesados en eliminar al Fiscal y Contralor, comenzarían afirmando que los dos están “al servicio del Gobierno”. Luego, se puede difundir aplicando modelos antiguos de la politiquería, que una y otro buscan una candidatura a la Presidencia y que interesan captar el voto ciudadano para ello, con sus actuaciones. No olvidemos que en la defensa central de enjuiciados se repite que no hay ni una sola prueba en su contra y que se trata de persecución política. En cuanto a la Justicia, sería posible destituir a los componentes de la actual que está cometiendo errores de bulto, como no asegurar la permanencia de enjuiciados penales, creyendo que con un grillete en el tobillo no podrá fugar, pero ya lo hizo un alto Ministro del Gobierno del finado quien se deshizo del grillete y, al son de la melodía de la calandria… voló, voló… y voló.
Peor aún si un juez, recortando el tiempo de condena a un miembro de banda criminal, condenado por asesinato, le concede libertad.