Llegó a la Presidencia casi desconocido, con el antecedente en Quito de ser un profesor universitario porteño de ciencias económicas y Ministro de Finanzas del presidente Alfredo Palacio unos cuatro meses.
Eso sí, antes de ascender a Carondelet se hizo escuchar en la radio -especialmente la Democracia- y se mostró adverso a la dolarización, al FMI, al Banco Mundial. Apareció con síntomas chavistas y facilidad de palabra. Quedaron atrás los candidatos, entre ellos Cynthia Viteri y León Roldós. La segunda vuelta fue entre Alvarito, el hombre más rico del país, y Rafael Correa Delgado, bien presentado y estudiado pero sin fortuna.
Noboa ganó en la primera votación y Correa se empleó a fondo en la segunda. Poco antes, funcionó una época amarga en la que estuvieron de moda las caídas presidenciales. Por otra parte, tomaba cuerpo el socialismo del siglo XXI, con Venezuela a la cabeza. En la posesión no faltó el comandante Hugo Chávez,
que estaba en su apogeo y ofrecía aportes para una refinería, aspirando a un liderazgo internacional.
Esos fueron algunos rasgos iniciales de un Presidente que acaba de cumplir nueve años y que -aunque anuncia dos años de retiro de la política luego de entregar el mando en el 2017- puede aún hacer valer la enmienda de la reelección indefinida en el 2021.
Correa tuvo una primera fase plausible, con triunfos electorales y obras, sin que falten las confrontaciones, sobre todo con los partidos y la prensa. Un día quedó en claro el singular aporte del petróleo, que aportó con muchos millones que se convirtieron en votos. Lo inesperado y amargo se dio cuando bajaron sus precios, de cien a menos de cincuenta dólares por barril.
En nueve años, el Presidente vio de cerca lo bueno, lo malo y lo feo del poder. Ahora, los analistas económicos dicen que necesita unos USD 8 000 millones para los 17 feos meses que faltan. El Ministro del ramo afirma que trabaja en el financiamiento.
La próxima jornada electoral será en febrero del 2017. Está en los preliminares, con el anuncio de que el Presidente no será de la partida y cree que hay varios personajes con posibilidad de ser candidatos aliancistas. El público duda que esa sea una tarea fácil.
En la oposición, Guillermo Lasso se mantiene como candidato y hay dos entusiastas aspirantes. Dalito Bucaram y, por supuesto, Alvarito. El alcalde Nebot y el prefecto Carrasco anunciarán el martes una novedad legislativa opositora. Mauricio Rodas no estará en la cita porque su mente está en el Metro.
Está difícil la tarea de reemplazar a un Gran Jefe que en su trayectoria fue asumiendo uno a uno todos los poderes, se ha mantenido nueve años en campaña total y no cree que ha bajado en las encuestas. El martes dio una entrevista de prensa para hablar de economía y política; y ayer la revolución ciudadana celebró el noveno año con una gran fiesta en el parque Los Samanes, para olvidarse un poco de la crisis.
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