Andinismo y autodefensa

Quizás fue Tabaré Vázquez, el saliente presidente uruguayo, al decir en Cancún que la integración no “es una tertulia entre buenos vecinos” ni “tampoco puede ser un archipiélago de siglas o una sucesión de cumbres a modo de torneo de alpinismo (debió decir andinismo) diplomático”, quien mejor definió lo que son y para lo único que sirve este tipo de reuniones presidenciales. En cualquier momento se van a transformar en citas semanales y cada siete días seguramente surgirá una nueva organización interamericana y su sigla.

Esta vez se resolvió crear otra gran organización, pero  sin EE.UU. y Canadá. Por ahora no hay sigla, porque no tiene nombre. No se dijo nada de eliminar a la OEA, por lo que Insulza mantendrá su empleo. Tampoco se sabe qué pasará con la ‘Iberoamericana’, que era lo mismo que la nueva, con  Fidel y sin EE.UU. y Canadá, pero con el Rey y los portugueses. El Grupo de Río, donde se gesta  la idea, seguirá actuando, lo mismo que  decenas de organizaciones  que todas generan gastos, se reúnen y tienen sus funcionarios y sigla correspondiente.

Lo que dijo la presidenta argentina Cristina Kirchner  al reclamar apoyo en el conflicto por Las Malvinas, de que es para la “autodefensa de todos”, abre una ventana que muestra un paisaje más amplio. No resulta muy desatinado pensar que esa ‘autodefensa’ se trate de una forma de protección para ‘todos’ los que están hoy en el poder; ya lo de la ‘Carta Democrática’ de la OEA no se lo hacen creer a nadie.

Además, Insulza, aunque sea reelegido, no consiguió que Zelaya impusiera su ‘democrático’ plebiscito, propio y a medida para continuar  como mandamás en Honduras. Es probable asimismo que con el Grupo de Río o la Unasur ya no alcance. Estos también han perdido credibilidad por los variados criterios que utilizan para  ‘actuar’  en los países amigos y vecinos.

El propósito entonces sería el de confundir a la opinión pública y por eso recurren al manido argumento del antiimperialismo -el viejo eslogan de EE.UU. fuera de la OEA- y la defensa de la soberanía y de los derechos humanos.   

En materia de derechos humanos y democracia , cómo creer en lo que dicen, cuando todos callan ante la muerte de los presos en las cárceles de una de las mayores dictaduras del mundo. Es que resulta un hecho  fuerte  elocuente ver a  Lula, el obrero metalúrgico defensor de los derechos humanos, en Cuba, festejando a Fidel y su hermano, poca horas después de que Orlando Zapata Tamayo, por disentir y por ser negro, muere en los calabozos castristas y mientras la Policía política persigue a sus familiares y apresa a los amigos que van al sepelio. 

Dicen que la nueva organización gestada en Cancún habrá de crearse en  2011. Puede ser, pero todavía falta un buen tiempo, quizás lo suficiente para que muchos ya se hayan desengañado.

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