La Asociación de Empresas Automotrices presentó cifras del comportamiento del mercado en el último trimestre del año pasado. La principal conclusión es que el volumen de ventas creció un 21% frente a igual período del 2015.
La asignación de más créditos por parte de la banca privada, a partir del segundo semestre, así como la concesión – en octubre- de un cupo adicional de USD 50 millones para las importaciones de autos, impulsaron las ventas, entre octubre y diciembre.
Estos resultados pudieran ser una muestra de que las condiciones para una recuperación del sector, en este 2017, tengan perspectivas más alentadoras, en comparación con lo que ha sucedido en los últimos años.
Entre los aspectos que generarían un mejor ambiente está, desde una visión macroeconómica, el precio del petróleo. Este ha mejorado y para el caso del Ecuador bordea los USD 40 por barril. Hace un año el desplome del crudo era contundente e incluso llegó a promediarse debajo de los 20.
Las reglas de juego también se muestran un poco más claras, en cuanto a las importaciones, con lo cual las empresas pueden trazar líneas estratégicas para optimizar su negocio. La vigencia del acuerdo con la UE y el proceso de desgravación arancelaria para los autos europeos es otro aspecto a tener en cuenta, para dinamizar el mercado.
Pero, al igual que en otros sectores productivos, el ambiente electoral no permite tener un horizonte más claro para desarrollar una planificación más precisa. Lo que hay son hipótesis y escenarios; por ejemplo, si la gravedad de la crisis y el excesivo endeudamiento siguen en alza podrían llevar al próximo Gobierno a una revisión de los subsidios a los combustibles y eso incidiría en el mercado automotor. Además, en el calor de la campaña, se han oído propuestas de eliminar impuestos, pero si el modelo actual continúa, no hay ninguna certeza de que las reformas tributarias terminen.
Al final, el consumidor tiene la palabra y por ahora también se mantiene en cautela; por supuesto, a la espera del resultado electoral.