Ecuador ya era un país caro. Y a partir del próximo 1 de junio, cuando comience a aplicarse el 14% del impuesto al valor agregado (IVA), lo será aún más. Los consumidores han buscado la forma de sortear esta realidad desde hace un par de años y lo hicieron nuevamente el fin de semana pasado, para lo cual solamente tuvieron que cruzar la frontera.
Ante la inevitable alza de dos puntos del IVA y la expectativa de que subirán los precios al consumidor final, el reciente feriado fue la excusa perfecta de muchos ecuatorianos para realizar la clásica ‘romería’ hacia Ipiales, con el fin abastecerse de productos que en Ecuador pueden llegar a costar dos o tres veces más. En la lista de compras de quienes cruzan la frontera consta no solamente ropa o artículos electrónicos. Los compradores aprovechan cada viaje para traer un mínimo de alimentos procesados, artículos de limpieza del hogar y de aseo personal, que también resultan más baratos en el vecino país.
Las autoridades nacionales han repetido insistentemente que la diferencia de precios se debe a la depreciación del peso colombiano respecto al dólar, algo que no se puede hacer en Ecuador porque es un país dolarizado. Sin embargo, los televisores, computadoras, celulares zapatos deportivos y algunos alimentos que se venden en Colombia no se producen en ese país, sino que también se importan de EE.UU., Panamá, Europa o China. Eso significa que la empresa que importa esos artículos en Colombia paga en dólares, es decir, el precio de importación es similar tanto para Ecuador como para Colombia u otro país. Lo que marca la diferencia de precios entre los países son los impuestos, los aranceles y las sobretasas arancelarias.
El IVA del 14% en Ecuador es solo un factor que encarece los productos. Lo que más afecta son los aranceles y las salvaguardias, que pueden encarecer un producto hasta en un 70%. Eso seguirá por un año más, al igual que la caída de las ventas en las zonas fronterizas como Tulcán, Sucumbíos o Huaquillas.