El alcalde Mauricio Rodas no ha logrado que su proyecto llamado Solución Vial Guayasamín sea asumido como eso justamente, como una solución al caos del tránsito que se sufre en la infernal Plaza Argentina y en el túnel que lleva el nombre del entrañable pintor. Ayer Rodas recibió un severo golpe cuando la vicealcaldesa Daniela Chacón, una de sus aliadas más sólidas, calificó al proyecto de “parche” y pidió que se lo replantee.
¡Auch! Eso debió ser muy doloroso pues esta Solución fue concebida para ser todo menos un parche. La idea era ordenar el tránsito con una serie de obras, puentes y paso elevado incluidos, para desatar ese desesperante nudo que se arma con vehículos que vienen desde los valles y que chocan con los que deambulan por la 6 de Diciembre, la Shyris y la Diego de Almagro, además de los que gotean por la Boussingault.
También se quiere aumentar los carriles para que los buses de los valles lleguen a esa zona y los pasajeros que habitualmente van hacia Iñaquito dejen de dar ese tortuoso rodeo que significa entrar por la Granados.
¿Qué pasó? ¿Por qué esta propuesta no ha calado entre los quiteños? Hay varias razones que lo explican. Una es el hartazgo: hay tantas obras de gran envergadura en ejecución, tanto hueco y desvío, que una más suena demasiado.
Otra razón está en las críticas de gente especializada, que sobre todo se opone al aumento de vías y al paso elevado por su anacronismo, aunque otros también cuestionaron al socio extranjero, el cual pretende recuperar su inversión mediante la explotación del peaje. El destino del barrio Bolaños, en zona de riesgo y condenado a desaparecer, también influye en que el proyecto no sea popular.
El Municipio anuncia que insistirá en esta obra y que escuchará más sugerencias para mejorarla. Pero el paso dado por Chacón es polémico, pues puede que sus intenciones sean las de prevenir un error, pero su agria discrepancia será usada por los detractores de Rodas. Otra vez: ¡Auch!