Columnista invitado
La visita presidencial a Estados Unidos es una buena noticia. La gestión diplomática para acercar a las dos naciones fue sin duda oportuna y aparentemente exitosa. Si bien los anuncios deben transformarse en acciones concretas, el hecho de que exista una posibilidad más cercana de suscribir un acuerdo de comercio con nuestro principal socio comercial es alentador.
El mercado norteamericano tiene una población de 327 millones de habitantes, un producto interno bruto que representa cerca del 25 por ciento del PIB mundial, una tasa de desempleo de 3,6 por ciento y generó más de dos millones de nuevos puestos de trabajo en el 2019. En líneas generales, tiene una producción industrial complementaria a la que posee el Ecuador.
La previsibilidad que otorgaría un instrumento jurídico de carácter bilateral, con condiciones preferentes de acceso al mercado norteamericano, sin estar sujeto a revisiones periódicas, tal como ocurre en la actualidad, pone en situación expectante no solamente al sector exportador nacional, sino también a potenciales inversionistas norteamericanos que ven en América Latina una opción rentable para anclar sus inversiones y tecnología.
La suscripción de un memorando de entendimiento por parte del Gobierno ecuatoriano para acceder al programa América Crece merece una atención especial, debido a la imperiosa necesidad que tiene el Ecuador de ubicarse en la órbita internacional como un país serio, seguro y estable para atraer nueva inversión extranjera.
América Crece es una iniciativa del gobierno estadounidense que nace como un contrapeso geopolítico para recuperar espacio de inversión norteamericana desplazada por China en la región. La iniciativa consiste en conectar al sector privado estadounidense con oportunidades de inversión en América Latina y el Caribe, principalmente en áreas de infraestructura, tales como puertos, aeropuertos, carreteras e infraestructura energética. Sin embargo, también procura incursionar en el sector de telecomunicaciones, conectividad digital y ciberseguridad.
Hasta el momento cinco países han suscrito un memorando de intención para ser parte de esta iniciativa: Colombia, Chile, Argentina, Panamá y Jamaica. Otros tres se encuentran en proceso de preparación de ingreso: Brasil, Perú y El Salvador.
El país ha perdido mucho tiempo y oportunidades en caducos debates ideológicos respecto a la relación con el país del norte. ¿Quién puede negar que atraer más inversión desde los Estados Unidos contribuiría a mejorar el problema de fondo del Ecuador, entendido este como la generación de empleo y nuevas oportunidades?
América Crece es una buena noticia. Se ha dado un buen paso fuera de nuestras fronteras. La tarea casa adentro, en materia de mejora de competitividad, sigue pendiente. Los esfuerzos gubernamentales deben enfocarse de manera prioritaria y urgente en esa dirección.