Aquellos de “Alta Gama”
En cuanto a delitos contra la propiedad, hay dos clases de personas: unas, que forman el grupo de “alta gama”; otras, los ladrones comunes. Entre los primeros están inclusive altas autoridades del Estado y que emiten leyes. Son “financistas”, “inversionistas”, cualquier otro título parecido y cuentan con respaldo suficiente.
Dos de la mañana: en su departamento de Tumbaco descansan padre y madre con sus dos pequeños hijos. De pronto, forzando la puerta, cuatro energúmenos ingresan –dos con pistola en mano- y se lanzan contra los adultos, los insultan, golpean y hieren. Luego, recogieron los mejores bienes y se alejaron.
Este caso es de ladrones comunes, de segunda clase, que están asolando Quito e ingresando a departamentos de edificios comunales. “Los reportes de robos y asaltos a personas y a casas aumentan”. (EL COMERCIO,1 de julio)
Esta clase de ladrones ya no ocultan la faz; saben que si son apresados irán a la cárcel pero saldrán libres en corto tiempo. Su campo de acción: hurto, robo, estafa, sicariato, secuestro; y en el sector rural, el robo de ganado. Son profesionales de vida fácil, organizados para cumplir su tarea. En su favor, cuando los apresan se escuchan voces que invocan los “derechos humanos”. Pero casi ninguna que mencione el derecho a la vida, a la propiedad y a la seguridad de la gente honrada.
Disponen de armas de fuego para cometer sus nefandos hechos, mientras la gente honrada no puede tener esa clase de armas por prohibición de la Ley sobre Armas, Municiones y Explosivos, so pena de recibir sanciones en caso de no tener autorización.
Éstos han perdido temor incluso a policías y militares. El 21 de mayo se hizo público que la autoridad suspendió 5.517 fiestas que, animadas con licor, estimulan la agresividad de los divertidos; y si se trata de gente proclive a la violencia, recordemos que en una población de Esmeraldas cuando policías acudieron para evitar que continúe la juerga, en plena calle fueron atacados y golpeados por la turba e incendiaron el patrullero.
Han emitido un Instructivo sobre el “uso progresivo de la fuerza”. De inmediato aparecieron críticas, pero su régimen esencial ha sido incluido en el Código Integral Penal. Quizá lo único que debería añadirse en el Reglamento, es que tengan una sola arma de fuego en cada hogar, a fin de evitar casos como el mencionado al inicio de esta nota; y en cuanto al uso de la autoridad, evitar disparos a la cabeza o al tórax aunque sí a una extremidad, porque la localización revela si el que disparó quiso matar o solamente herir.
Tengamos en cuenta lo que está aconteciendo en México con los delincuentes que desafían a policías y militares; y lo que continúa en Colombia con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), al costo de vidas y perjuicio de todo un país.