No se sabe cuál es más tenebroso: el fenómeno de El Niño que se avecina o el destino del Metro de la capital. El primero es predecible, aunque muy difícil calcular su intensidad; por eso, hay que tomar las prevenciones posibles, luego de las dos últimas experiencias que además de graves daños materiales, segaron vidas humanas.
El otro caso es diferente, pues está sembrado de graves dudas y por momentos recuerda la aventura en que se embarcó a la ciudad con el aeropuerto Tababela.Por ese motivo urge conocer el costo real o aproximado luego de las elecciones, pues el tema ya no es parte de la campaña; luego, la factibilidad de las perforaciones debido a la peculiar y casi única orografía y subsuelo de Quito; más aún, certificar que no se afectará al Centro Histórico, proclamado Patrimonio de la Humanidad.
Finalmente, si hay tiempo para un borra y va de nuevo, estudiar ventajas frente a otras formas de transportes masivo que son comunes en grandes urbes congestionadas. Se podrá alegar que en estudios ya se han gastado 100 millones de dólares, pero que hay que recordar que en la historia de estudios y sus constantes actualizaciones, tan alto costo suele ser común, pero menos costoso si el proyecto sigue una ruta equivocada o simplemente se queda en la mitad.
Las inquietudes son muy serias y no se trata de hacer leña de la administración anterior que asumió sin beneficio de inventario la aventura aeroportuaria con el apoyo verbal y político del Gobierno. La frustración que ha soportado el pueblo quiteño por lo de Tababela no puede repetirse. Hay que recordar que el drama fue tan intenso que hubo que retirar la ostentosa placa para recodar la inauguración.
En estas circunstancias, el actual Alcalde quiteño está en la urgente necesidad de explicar a profundidad la situación del proyecto. Hay preguntas básicas que deben responderse, sin perjuicio que no lo vuelvan a invitar a una cena en Carondelet.
¿Cuál es la estimación de la actual administración del costo del proyecto y sobre qué base se puede sustentar la respuesta? ¿Qué dicen las cláusulas de renegociación de plazos y precio como ha sido habitual esconderlas en la triste historia de las obras públicas en el Ecuador? Cuál es el trazado de la ruta definitiva?
El Alcalde recientemente electo debe aprender mucho del aeropuerto de Tababela. Todos los palos cayeron casi exclusivamente sobre el exalcalde Barrera. ¿Y antes que sucedió? ¿Por qué se escogió esa meseta barrida por fuertes vientos en verano y mucha neblina en los meses de invierno? No fue solo Barrera, pero más sagaces que ese alcalde, fueron los que prendieron la llama y luego preguntaron iracundos a qué hora llegan los bomberos.
Consultadas varias fuentes de información se llega a la conclusión de que es imposible encontrar elefantes bajo tierra y mucho menos blancos. Pero en cambio se puede sustituir la perspicacia por la suspicacia. Algunas veces es necesario.