Acostumbrados a las trampas, las manipulaciones, la metida de mano en la justicia, el populismo quiere imponerse en el proceso electoral por las vías ilegales e inconstitucionales, con la anuencia y ayuda de rezagos del gobierno pasado. No de otra manera se explica que autoricen en Pichincha propaganda electoral por sobre normas expresas, aunque luego rectifiquen tras los reclamos realizados y reconozcan la vigencia de esas disposiciones que no respetaron. Igualmente, no se entiende cómo autorizaron con error la papeleta presidencial y no haya habido un control riguroso ni se hayan dado cuenta cuando les enseñaron las pruebas para que revisen y den el visto bueno.
En medio de la debilidad institucional, hablan de fraude sin pruebas ante un posible fracaso, mientras hacen propuestas demagógicas, inviables y peligrosas. Reciben ayuda en organismos electorales (Pichincha), que facilitaron la promoción con la participación de quien está impedido de ejercer sus derechos políticos y de participación.
El art. 64, numeral 2, de la Constitución dice: el goce de los derechos políticos se suspenderá: por sentencia ejecutoriada que condene a pena privativa de libertad. El art. 68 del COIP señala: Pérdida de los derechos de participación: la persona sentenciada con la pérdida de los derechos de participación, no podrá ejercerlos por el tiempo determinado en cada tipo penal, una vez cumplida la pena privativa de libertad. Además, el mandato de la consulta popular de febrero de 2018 en la que la mayoría se pronunció por la inclusión de la enmienda a la Constitución, “para que se sancione a toda persona condenada por actos de corrupción con su inhabilitación para participar en la vida política del país”. Más de 7 millones votaron a favor, el 73 % de electores.
Esto genera inseguridad jurídica y desconfianza en quienes dirigen el proceso electoral. Si en Pichincha ocurre esto, debieran controlar y evitar estas violaciones en todo el país. No pueden permitir ninguna promoción ni propaganda electoral y si lo hacen, sancionar a los que autorizan y disponer el retiro porque transgrede el ordenamiento jurídico. Las proclamas populistas tienen sentido para los irresponsables y malos perdedores: en EE.UU., el presidente saliente desde antes de las elecciones advirtió que si no triunfaba era un fraude y luego incitó al caos.
En Ecuador hay quienes ofertan engaños y a la vez siembran irresponsablemente la tesis del fraude, cuando ellos fueron protagonistas de hechos cuestionados en el manejo electoral durante la revolución ciudadana, con vocales del máximo organismo que dependían del poder, incluso su titular fue condecorado, como reconocimiento a su sumisión al proyecto político. Protagonistas de apagones, que tanto daño hicieron y que generaron desconfianza, inseguridad y falta de garantías.
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