A pesar de una oposición hostil, multimillonaria e insultadora, Daniel Noboa alcanzó un contundente triunfo electoral y fue posesionado como Presidente Constitucional de la República del Ecuador. Para elegirle se unieron sus partidarios y un amplio grupo de ciudadanos que se oponÃan frontalmente al posible regreso de la gente que torció, durante una década, la economÃa, la libertad, la moral y la justicia. Los electores creyeron las ofertas del ganador y demostraron su enorme desconfianza en las de la perdedora.
Noboa descifró la tremenda situación en que está inmersa la nación: endeudada, terriblemente desfinanciada, complaciente con el abuso, la inmoralidad, la corrupción, la delincuencia y se comprometió a esforzarse para dar fin a la atroz crisis.
La inseguridad se ha enseñoreado en toda la geografÃa patria y, para la sobrevivencia nacional, está siendo combatida; pero los brotes y los ataques son permanentes e incontrolables. La lucha efectiva requiere de ejércitos bien armados y del apoyo social amplio, es indispensable proteger y educar a la infancia y a la juventud, extender, con urgencia, servicios asistenciales, infraestructura de protección ambiental, escuelas y colegios, a las áreas rurales. Se necesitan recursos económicos y apoyo internacional.
La zozobra se potencializa por la situación desastrosa del IESS y de la salud. Por más de 30 años se han discutido estos temas, pero las soluciones presentadas no han podido cristalizarse, básicamente por tres factores: – falta de decisión de los gobernantes – carencia de dinero y – boicot de grupos irresponsables que frenan cualquier proyecto de cambio, pues lo consideran perjudicial a sus intereses mezquinos.
Ha llegado el momento de tomar decisiones firmes y consensuar definitivamente en la implementación de los cambios estructurales y de gobernanza, reiteradamente sugeridos.  Innumerables trabajos de comisiones nacionales e internacionales han arribado a similares conclusiones, que seguirán siendo las mismas, a lo largo del tiempo, mientras se dubite y no exista la acción definitiva, de un gobierno fuerte y responsable, para implementarlas. Básicamente, el desorden institucional se combatirá, en primer lugar, mediante la implementación de un sistema mixto de seguridad social, que combine el seguro solidario, intergeneracional con el seguro de ahorro individual; en segundo lugar, con la disminución del excesivo número de trabajadores del IESS y el estricto control del cumplimiento honesto de sus funciones, en tercer lugar, con la supresión de las prestaciones no financiadas y el incremento de otras aportaciones insignificantes, que deben dar soporte económico a otros seguros especiales; en cuarto lugar, la actualización de los cálculos actuariales y, con esa base, el establecimiento de leves incrementos progresivos de la edad de jubilación y de los aportes, tanto de los trabajadores, como de los patronos, hasta alcanzar topes moderados que darán viabilidad institucional.
En esas alternativas debe incluirse a la Ley del Sistema Nacional de Salud, que integra a los servicios de salud del Ministerio de Salud, con los del IESS, con los privados y con todas las instituciones que dan estos servicios, para que se complementen atenciones y se financien con el cobro e intercambio, cumplido y correcto, de tarifarios. Debe aprovecharse la existencia de una amplia red dispensarial y privilegiar la salud preventiva y la atención primaria de salud, en los dispensarios barriales en los cuales se atenderán afecciones banales como gripes, infecciones leves y referirán afecciones más complejas a dispensarios mejor dotados, lo que ahorrarÃa un 30% del presupuesto y evitará la congestión hospitalaria. Urge concretar acciones en conjunto: gobierno, empleadores, trabajadores y polÃticos bien intencionados, no más diagnósticos, ni proyectos, todo está dicho…. Actuemos, señor presidente.
Se debe terminar, con urgencia, la desastrosa situación por la que claman soluciones los profesionales que laboran en hospitales del Ministerio de Salud, con respecto a la falta de medicinas y de insumos básicos, asà como de la alimentación, mÃnimamente necesaria, para la recuperación de los pacientes y para el sostén la gente que presta sus agotadores e invalorables servicios profesionales y técnicos en esas casas de salud. La atención alimentaria ha degenerado, por falta de pago a los proveedores.
La importante gestión económica, que viene realizando el presidente, ha logrado un descenso en el riesgo paÃs y las constantes visitas que el mandatario ha efectuado a otras naciones, que han ofrecido ayuda, permitirán que disminuya el enorme desfinanciamiento gubernamental y que, con ese dinero, se solucionen las deficiencias en la seguridad, en la salud, en el IESS y en la educación, como elementos prioritarios, que son parte del enorme espectro de angustias y necesidades que carcomen a la nación.
El paÃs anhela, respalda y confÃa en su pronta decisión y en su efectiva y recuperadora gestión, señor presidente. Â