El agua no es una materia prima

Mientras se realizó en Indonesia la reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), activistas les reclaman especificar que los recursos hídricos no pueden tratarse como productos básicos.

Quienes critican las privatizaciones y la "financiarización" de los recursos naturales señalan el creciente interés de los inversores multinacionales en comercializar los recursos hídricos comunes. Este cambio pueda tener efectos particularmente dañinos en las comunidades pobres y marginadas.

Aunque en el 2010 el derecho universal al agua (y al saneamiento) se consagró en pactos internacionales, los acuerdos de comercio todavía no han tomado nota, un vacío que se vuelve cada vez más peligroso para algunos especialistas".

"La financiarización y la privatización del agua ya es en gran medida un objetivo a largo plazo de importantes inversores y empresas multinacionales", dijo William Waren, analista en políticas comerciales de la oficina estadounidense de Amigos de la Tierra. "Estas entidades apuestan a que el agua se comercie y distribuya de un modo muy parecido al petróleo. Ellos saben que el calentamiento global volverá cada vez más escasos los recursos hídricos, así que quieren apoderarse de ellos y terminar vendiéndolos al precio que piden", sostuvo.

Waren mencionó a Suez Environment, el gigante francés del agua, y a T Boone Pickens, el magnate estadounidense del petróleo que se pasó al sector de las energías alternativas. Más allá de dónde se ubiquen estos inversores, su objetivo es transnacional.

En coincidencia con la cita ministerial de OMC, que se realizó desde el martes 3 hasta el viernes 6 en Bali, Indonesia, Amigos de la Tierra Internacional presentó una serie de estudios sobre las experiencias de una decena de países en la financiarización de recursos hídricos.

El informe plantea que una confluencia de instituciones financieras y corporaciones internacionales están "pavimentando el camino" para este proceso.

Esos grupos están recibiendo un apoyo clave de los acuerdos comerciales internacionales, tanto por las vaguedades de los que ya existen como por estrategias explícitas en otros que se están negociando, encabezados en particular por EE.UU.

Se trata de "fuerzas motrices de la desregulación y la liberalización que abrieron los sectores del agua y el saneamiento al lucro corporativo, y que son componentes básicos de la arquitectura de la impunidad que lo protege", señala el informe.

"Entre ellos se destacan nuevas modalidades, cada vez menos transparentes y menos democráticas, de asociaciones transoceánicas lideradas por EE.UU.… y la agenda de la OMC sobre servicios ambientales", agrega.

Hasta ahora ningún país asumió compromisos sustanciales en relación al abastecimiento doméstico de agua.

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