Los líderes de los países de la Unión Europea continúan buscando fórmulas para salir de la crisis de la deuda en que han caído los países periféricos. Reunidos en Bruselas el fin de semana anterior, los representantes de los países llegaron a tomar decisiones que en el corto plazo tranquilizarán a los mercados. La primera decisión fue la autorización para que los 411 mil millones de euros de la Facilidad para la Estabilidad Financiera de Europa, que anteriormente estaba limitada a gastar solamente hasta 250 mil millones de euros para no perder su calificación de riesgo, ahora puede gastar el total y utilizarlo en compras de bonos soberanos en el mercado primario. Con esta decisión se crea un espacio para que las nuevas colocaciones de los países en problemas tengan un mercado y no presionen aún más las altas tasas de interés prevalecientes en los mercados secundarios. Esta decisión va en contra de la política que ha seguido el Banco Central de Europa que está comprando en el mercado secundario papeles de los gobiernos y aceptando como colateral esos mismos bonos para acceder a préstamos de liquidez. Estas medidas se toman en el momento que los rendimientos de los Bonos griegos e irlandeses a 10 años plazo registran un 12.81% y 9.65% respectivamente, lo cual es insostenible dado que son economías que durante este año no van a crecer. Para atenuar el impacto de las altas tasas de interés, los líderes europeos decidieron bajar en un punto porcentual la tasa de interés de los préstamos otorgados a Grecia como parte del rescate financiero y extender el plazo de tres años a siete años y medio. Según declaraciones del Primer Ministro Griego, esta decisión le ahorrará a Grecia unos seis mil millones de euros durante la duración de los préstamos. Con relación a Irlanda se le negó darle los mismos términos que a Grecia debido a la negativa de subir el impuesto corporativo que es el más bajo de Europa y que lo utiliza para atraer inversión extranjera. Este tema quedó postergado para una próxima reunión en donde se tratará la armonización de los impuestos. Con relación a las reglas fiscales que no fueron observadas por los países hoy en problemas se decidió que las mismas se conviertan en ley en los países miembros bajo redacciones uniformes. Con esta medida se pretende atenuar el tema de la soberanía fiscal. Queda un largo camino por recorrer para ponerle punto final a la crisis, ya que Portugal y España, además de los dos países mencionados, están en la lista de los posibles candidatos que necesitarían ayuda. Finalmente, cuando se hayan agotado todas las iniciativas financieras y legales, la realidad les hará comprender que el único camino viable para salir del problema es la reestructuración de las deudas.