Los servicios de salud contemplan la asistencia médica durante el embarazo y el parto para dar inicio, en las mejores condiciones, a una nueva vida; no así para la agonía y la muerte.
Si un paciente es terminal y ya “no hay nada que hacer” se le “da el alta” para que agonice y muera en casa. ¡Qué profundo dolor! ¡Increíble!
Este procedimiento hospitalario es la expresión superlativa de la deshumanización y practicidad hospitalaria -la cama es necesaria para quienes aún tienen posibilidades de vida-.
La agonía y la muerte son etapas desoladoras y devastadoras de la vida. Es indispensable que también sean asistidas en una unidad de salud especializada.
Señor Presidente, usted que batalla contra corriente para brindar salud de calidad para todos los ecuatorianos, por favor disponga que los moribundos no “sean dados de alta”.