De todas maneras, la entrevista publicada en EL COMERCIO, este domingo, muestra sin duda a un Paco Moncayo mucho más decidido y terminante. Empezó con las aseveraciones de que los resultados numéricos de la consulta son un llamado de atención al Gobierno para que se vea cómo el Gobierno de todos los ecuatorianos y no solo de Alianza País; agregó que el país reclama a gritos una actitud integradora y que se ha cansado de ser dividido entre buenos y malos y administrado desde el odio y el conflicto. Aparte de notar que Moncayo es uno de los desilusionados por el desempeño de su “amigo y compañero, el ex alcalde de Cuenca, Fernando Cordero”, quien preside la Asamblea, examinó el general perspectivas de los dignatarios futuros del Parlamento y analizó con especial cuidado el tema de las normas sobre la comunicación colectiva.
Ante la pregunta de si la oposición tendrá o no tendrá los votos para empujar una Ley de Comunicación que respete los derechos humanos y los convenios internacionales, dijo “que nos alcanza para negociar el texto de la ley cara a cara”. Observado por el periodista que el Presidente es quien define todo con su veto, Moncayo admitió que el veto desenmascara al Presidente cada vez que lo dicta; eso ya ha pasado con otras leyes, pero que Correa no va a dejar pasar la oportunidad de poner una mordaza a la prensa, él contestó enfáticamente: “Este pueblo nunca se ha dejado amordazar. El último espacio de la lucha es la calle” y aún más, que él mismo saldría a las calles, para protestar. Y recalcó: “Por supuesto no nos dejarán otro espacio que las calles; que la resistencia”. Consultado si la oposición cuenta con un movimiento indígena más articulado, respondió: “Creer que los indígenas le iban a entregar 500 años de resistencia al señor Correa es no saber la historia”. Y más: “Los indígenas están movilizados. ¿Cómo puede ser que en una revolución ciudadana haya 180 indígenas enjuiciados por terrorismo. ¿Qué clase de socialismo es este?”
Razonó además: “El Presidente de la República deberá pensar muy bien ese veto. El país no va a aguantar otro pisoteo a la Constitución”. Moncayo cree que Cordero fue sincero cuando se firmó el llamado acuerdo ético-político, pero que luego le llamaron la atención, cuando el economista Correa dijo que se le dañaba el estómago al saber que se negociaba con la oposición. Sin embargo, esta vez vamos a poder pelear cara a cara”.