¿Adjetivar es gobernar?

Hay frases que simbolizan la responsabilidad de gobernar: “Planificar es gobernar”, “Rectificar –cuando se debe hacerlo- es gobernar”, “Priorizar el gasto público es gobernar”, “Dialogar es gobernar”, entre otras. No conozco alguna que exprese “Adjetivar es gobernar”.

De hecho, desde la ironía –cuando hay cultura y chispa- hasta las palabras que intentan ofender refiriéndose a progenitores, a la honestidad, o a talla, o a edad, o a género, o a otra condición física, el agravio nunca ha estado ausente de la política.

En el tiempo que vivimos, sin embargo, existe una potenciación de calificativos para intentar ofender a contradictores, que supera lo de todo tiempo pasado, agravado el hecho por el uso de la vía judicial desde el poder, que espera que se condene a quien es la contraparte o a quien le replica, en condiciones que podría entenderse que este queda en indefensión.

Desde el Gobierno Nacional no pocas veces se ha expresado que no hay que politizar temas, ¿cuánto hacen el Presidente y su entorno en ese sentido?

Un punto, el del Fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano cuestionado por la tacha del Gobierno de que está bajo el control del MPD. Más allá de quienes lo dirigen, hay cifras, realidades, inversiones, que han sido y son auditadas por el respectivo organismo de control. Si algo está mal, evidéncieselo. Si no es el caso, acéptenlo, sin importar afiliación, ni tendencia política alguna.

Otro punto, el del transporte terrestre de uso público dentro de los cantones que han asumido o se quiere que la asuman, en contradicción del Gobierno Central con varias municipalidades.
Las diferencias aparecen centradas en Quito, Guayaquil y Cuenca, con tres alcaldes tachados por el Gobierno de estar organizando “la restauración conservadora”, para captar el poder el año 2017. El fuego de epítetos tiene dos actores principales: Correa y Nebot, y los entornos de funcionarios.

La metodología para fijar las tarifas contempla una necesaria utilidad para los transportistas más actualizaciones de costos que vuelve imposible que no haya incrementos de precio de las tarifas de transporte. Además, el propio Gobierno central ha insistido que debe mantenerse el pasaje subsidiado para tercera edad y estudiantes. Todo significa costos cuyo incremento se le traslada a los gobiernos municipales. Lo del combustible es un segmento de subsidios. Los otros, el Gobierno central quiere imponer que los asuman las municipalidades. Unas tarifas subsidiadas por años deben llevar a una solución de racionalidad, no de solo trasladar el problema desde el Gobierno central a las municipalidades.

El Ministro de Educación, martes 23, 2014, expresaba “vayamos sembrando cultura de paz y conciencia de respeto al derecho de los otros”. ¿Se lo está haciendo?

lroldos@elcomercio.org

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