Así vive Rosa Quishpe con un salario básico al mes
La inseguridad frena la rehabilitación de La Mariscal
Cuatro niños llevan perdidos un mes en la selva colombiana
Gobierno suspende estado de excepción en provincias …
Pico y placa en Quito: restricciones para este jueve…
Víctor Hugo Villacrés es el nuevo gerente general de…
Hombre es llamado a juicio por el femicidio de Nelly…
Más de 10 migrantes se ahogaron en los crecidos ríos…

Adhesión a la Convemar

Este tema lo he tratado más de una vez, pero por su importancia vale la pena volver sobre el asunto, ya que ahora es objeto de consideración por la Asamblea Nacional. Por falta de conocimiento suficiente o por prejuicios diversos, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar ha generado resistencias en ciertos sectores de opinión.

Conviene advertir que la Convemar representa uno de los logros más significativos del Derecho Internacional contemporáneo, porque consigue regular en dimensión universal el uso de los espacios marinos y oceánicos, así como de sus valiosos recursos, en beneficio de los pueblos del orbe. Y lo hace mediante nuevas figuras jurídicas, tales como la “Zona” (fondos marinos y oceánicos y su subsuelo fuera de la jurisdicción nacional, patrimonio común de la humanidad) o la “Zona económica exclusiva”, que es una suerte de mar territorial sui géneris.

La fijación de la anchura del mar territorial fue desde antaño una tarea compleja por el conflicto de intereses entre las grandes potencias, dueñas de flotas pesqueras, y los estados ribereños. Su caracterización conceptual surgió en el siglo XVIII, señalando una extensión de tres millas, que era el alcance de un tiro de cañón de la época. Pero como ésa era una facultad privativa de cada Estado, la anchura oscilaba entre 3 y 12 millas. Primaban, en todo caso, razones de defensa y seguridad. En la actualidad, sin mengua de tales principios, se privilegian objetivos vinculados con el desarrollo y el bienestar de los pueblos.

Con base en las proclamas del presidente Harry Truman (1945), sobre plataforma continental y pesca, en un espacio de 200 millas, los países latinoamericanos adoptaron esa nueva fórmula jurídica, enriqueciéndola. En ese contexto se promulgó la Declaración de Santiago (1952), suscrita por Ecuador, Perú y Chile, que abrió cauces al nuevo Derecho del Mar e implantó el Sistema Marítimo Regional del Pacífico Sur. El actual mar territorial ecuatoriano se extiende, pues, hasta una distancia de 200 millas de la costa. Su anchura original fue de 3 millas marinas, según el Código Civil de 1861, y se amplió a 12 millas mediante una reforma de 1950, pero la nueva convención universal ha modificado la situación.

Como no había una normativa general vinculante en la comunidad internacional, la ONU celebró tres Conferencias sobre el Derecho del Mar (1958, 1960 y1973-82), que culminaron con la adopción de la Convemar, tras un proceso largo y complejo, en el cual jugaron papel importante los países sudamericanos. La Convemar, que hasta ahora cuenta con 160 Estados miembros, contempla un Mar Territorial de 12 millas y una Zona Económica Exclusiva de 188 millas, que reconocen amplias garantías y beneficios a los Estados partes. Ecuador no debería estar al margen de un instrumento de valor universal sobre la materia, razón por la cual procede no dilatar más su adhesión a dicha convención.