¿Se acabó la reelección?

La mejor interpretación de los resultados de las elecciones primarias de Argentina fue, probablemente, el escueto y gracioso 'tweet' de Liana Toledo, la exesposa del candidato kirchnerista por Buenos Aires, cuando dijo: "Cristina Kirchner ha iniciado una furiosa dieta sin lácteos ni pastas. Le caen mal La nata y la Massa".

El periodista Jorge Lanata y el candidato Sergio Massa son, en efecto, responsables de la derrota del Gobierno, Lanata tiene arrinconada a la Presidenta con sus denuncias de corrupción y Massa, que estuvo en el Gobierno hasta unos meses atrás, es un nuevo caso de desdoblamiento del partido justicialista, es el arrepentido cuya victoria pondrá fin al kichnerismo para hacer eterno al peronismo.

Otros dicen que el culpable es Cristóbal Colón. Parece broma pero no; a la Presidenta se le ocurrió, con esos caprichos que tienen los populistas, que no es Cristóbal Colón quien debe estar en la Plaza Colón sino Juana Azurday, una líder indígena de Bolivia, y mandó bajar de su pedestal a la figura de seis metros de alto y 38 toneladas de peso que estuvo allí 90 años.

El Alcalde reclamó la competencia, como en algún caso parecido de nuestros pleitos provincianos, y un juez prohibió que se retire el monumento, pero el poder supremo siempre prevalece y el monumento está en el suelo, con el pretexto de que se le va a hacer mantenimiento. Esos caprichos, a veces, se pagan con votos.

El otro culpable que no podía faltar, claro, es la prensa. Dice la Presidenta, en declaración pintoresca que no admite la derrota pero encuentra culpables, que debido al "ocultamiento y la distorsión permanente de los medios", no se había enterado hasta dos días después de la gran victoria en la Amazonía y la comunidad Qom. En la Amazonía hay menos de cien votantes y la comunidad Qom es de indígenas a los que el Gobierno le ha quitado tierras y cuyo cacique, Félix Díaz, asegura que la mayoría de los votantes fueron criollos traídos de otros municipios.

La principal responsable de la derrota es la propia Cristina Kirchner porque quiso convertir la elección en un plebiscito sobre su Gobierno con un modelo económico que hace aguas; con inflación alta; con candidatos secundarios pues debía ocultar a las principales figuras cuestionadas por denuncias de corrupción, y habiendo extremado el autoritarismo y los afanes de perpetuarse en el poder.

La derrota electoral torna casi imposible la reelección indefinida pues no tiene la mayoría necesaria en el Parlamento ni apoyo suficiente para apelar a una consulta popular.

El último responsable de la derrota de Cristina es la realidad. Decía Perón, repitiendo a Aristóteles, que "la única verdad es la realidad", para probar con sus obras que las ideas de la oposición eran mentiras; ahora la realidad es que Argentina, para seguir siendo fiel a Perón, debe cambiar de peronismo.

Suplementos digitales