1. ¿Qué opina de la nueva colocación de bonos del Estado y su tasa de interés?
La respuesta contempla dos aspectos: el primero exógeno o ajeno a la realidad propia del Ecuador. Se refiere a los cambios que tienen los mercados financieros mundiales, especialmente los vinculados con la política monetaria de los EEUU, como consecuencia del restablecimiento de una política de tasas de interés mucho más activa, luego de casi una década de “cero” costo por parte del Federal Reserve Bank (FED); acompañada por la reducción de la oferta monetaria (M2) como resultado de la recompra de títulos, precisamente por parte del FEB, para salir progresivamente del quantitative easing (QE), que se utilizó para dotar de mucha liquidez durante los momentos de pérdida de confianza en las instituciones financieras internacionales allá por 2008.
Hoy, los mercados tienen menos recursos, encuentran opciones de inversión más competitivas en los EE.UU. y miran con menor interés y mayor aversión al riesgo en sociedades emergentes, lo cual trae como consecuencia tasas superiores para los créditos destinados a esos países.
El segundo aspecto se sitúa en las propias valoraciones que se desprenden de la situación económica nacional, con especial mención en la determinación de su capacidad de pago, la fortaleza de su estructura productiva, el manejo de los equilibrios macro, la estabilidad y confiabilidad política. Y el resultado marca un diferencial de riesgo que se añade al del primer aspecto antes mencionado. En definitiva, los mercados, si bien tienen apetito por las operaciones con Ecuador, sólo lo hacen si el riesgo se cubre con una alta tasa de interés. No somos predilectos.
El plazo conseguido es muy bueno y la tasa (alta) sólo se conseguirá mejorarla si las señales que mande la política económica tengan un consistente componente de credibilidad, lo cual tomará tiempo conseguirlo. Hasta tanto, la brecha de financiamiento a ser cubierta durante la duración del proceso de reconversión económica, necesitará el aporte de estas fuentes internacionales.
La confianza se la gana con perseverancia y mucho esfuerzo. Se la pierde de un plumazo con desafíos o delirios. En un horizonte cercano, estas condiciones difícilmente cambiarán.
2. ¿Qué señales se envía al mercado con la comparecencia del Presidente y su comitiva a Davos y sobre todo con la cita con la señora Legarde, del FMI?
La comunidad internacional, una suerte de entelequia, siempre está atenta a este tipo de señales pues demuestra, en mayor o menor grado, la disposición de un país, de un gobierno a mantener relaciones no sólo cordiales sino constructivas con las entidades que tienen roles determinantes en la organización mundial. Ayudan a despejar dudas, a intercambiar criterios y encontrar coincidencias.
3. ¿Qué otros aspectos deben avanzar para llegar a un entendimiento con el FMI y por qué sería importante conseguir sus créditos en comparación con otros?
Lo esencial en este entendimiento es conseguir un aliado estratégico que crea en el programa económico del gobierno, lo apoye, se convierta en el imán que atrae a otros acreedores oficiales y privados y con ello colabore en la mitigación del estrangulamiento financiero por el que atraviesa la economía nacional.
Con la participación de los multilaterales ( FMI, BM. BID, CAF y otros), las condiciones financieras de los créditos pueden mejorar, más allá de las provenientes de esas fuentes que son singularmente más baratas y de mayor plazo. Incluso se puede plantear un programa de reestructuración voluntario que sea de beneficio para el país.
Debe quedar claro, que el responsable de la propuesta convenida es el gobierno, quien debe ponerlo en vigencia ofreciendo metas concretas en varios campos, con medidas que se justifican para poder alcanzarlas, cuyo propósito es salir del atolladero y volver a tener oportunidades de generar empleo y más producción. Ese es el doloroso resultado del festín y trafasía. Ojalá sea la última vez que un gobierno le lleva por este calvario al Ecuador. Sin ese apoyo, el dolor será mayor y la salida menos visible.
4. ¿Habrá carta de intención o los compromisos del Ecuador son creíbles por sí solos?
El acuerdo con el FMI es inevitable si lo que se busca es cumplir responsablemente con las obligaciones de gobierno. Sin la carta de intención, la posibilidades de un arreglo ordenado, aunque siempre pungente, se diluyen. No hay que olvidar, y esto es muy importante, que la dolarización se nutre del ingreso de divisas y como están las cosas eso no ocurre, por lo cual la anemia en la economía sigue ampliando su espectro.
5. ¿Se podría aliviar el déficit fiscal y qué comenta del nivel de la Reserva Monetaria Internacional?
Se tiene que aliviar el déficit fiscal. Es si o si. No hay opción si se quiere preservar la dolarización, la estabilidad, cierto orden económico. Son evidentes los daños que este derroche ocasionó. Ahora viene lo duro. Lo complejo. Lo responsable. Corregir todos estos graves entuertos si se quiere volver a crecer, a tener más empleo, a producir, en definitiva a vivir con menores angustias.
La situación del BCE es mala. Tiene una acumulación de activos que no le ayudan a cumplir sus responsabilidades. Si alguien realizara la tarea de valorar la decisiones de riesgo tomadas al invertir en bonos del gobierno o aceptar la dación de acciones de ciertos bancos públicos; y, usara los principios que rigen para la banca privada, los ejecutivos que realizaron estas transacciones no sólo perderían su puesto sino que posiblemente estarían bajo rejas.