Al cúmulo de denuncias sobre el fraudulento manejo de fondos públicos se agregan unas cuantas irregularidades de última data reveladas por la prensa.
Con documentos de soporte, este Diario sacó a relucir, hace pocos días, cuantiosos perjuicios al Fisco, perpetrados en el Banco Nacional de Fomento, institución proclive a escándalos de diversa índole. Numerosos contratos adjudicados ‘a dedo’, bajo el escudo de las arbitrarias declaratorias de emergencia, se prestan para las anomalías, que proliferan por doquier.
Se señala la adquisición de harina de trigo en Argentina y urea en Venezuela; la compra de 435 computadoras personales; la contratación de un programa de modernización tecnológica, que aún no funciona; el arrendamiento de vetustos cajeros automáticos; etc. El Presidente de la República reconoció que “se ha detectado corrupción, ineficiencia e indolencia en el Banco de Fomento”, por lo que dicho organismo bancario está sometido a reestructuración y que si hay malos funcionarios tendrán que salir.
Así mismo, hace pocos días se difundieron posibles sobreprecios en contratos para la impresión de papeletas para el censo a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC); indicios de peculado en el Ministerio de Agricultura, a tal punto que un juez ordenó la prisión preventiva del ex titular de esa Cartera, Walter Poveda, para esclarecer 14 contratos para 32 obras en Manabí; el pago de gastos para la realización de una reunión proselitista de Alianza País en un hotel de lujo, lo que se ha tratado de justificar con el sofisma de que es una cantidad pequeña.
Estas y otras acusaciones se suman a los casos registrados anteriormente en los ministerios de Deporte, y Obras Públicas, en Petroecuador, etc., a los que virtualmente se les ha echado tierra, por la inacción o complicidad de los organismos de control, cuando lo que corresponde es que se sancione en forma ejemplarizadora a los responsables y que se arbitren medidas oportunas para frenar esa lacra.
Los preocupantes niveles de corrupción e impunidad se reflejan en el reciente informe de que 3 501 denuncias, acumuladas desde hace algún tiempo, yacen arrumadas en dependencias del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, organismo que despertó tantas expectativas y que hasta ahora ni siquiera se estructura plenamente y casi ni da señales de vida. 261 de esas quejas han sido presentadas durante los seis meses de vida de este Consejo. Estas y otras graves anomalías, algunas de las cuales están en proceso de investigación, ponen en mal predicamento la oferta de lucha contra la corrupción y el lema de la revolución ciudadana: “Mentes lúcidas, corazones ardientes y manos limpias”, que también ha sido plagiado, como demostró un destacado columnista de este Diario.