39 millones para lácteos

Con motivo del Tratado de Libre Comercio, la Unión Europea (UE) aportará a Colombia con 30 millones de Euros (39 millones de dólares) para coadyuvar a que, en siete años, el sector lácteo mejore su productividad y compita con la producción de los países europeos, de modo que la desgravación arancelaria que Colombia se comprometió para que entren libres de derechos los productos lácteos europeos, no perjudique a los productores colombianos. Esto demuestra, por una parte, los riesgos de esta operación y, por otra, la comprensión de la UE para disminuirlos. Señalo este hecho como ejemplo del tipo de cuestiones que el Ecuador deberá prever si se hace la negociación con la UE.

Además, tenemos que resolver una cuestión de fondo, como es la compatibilidad de la política de protección a la producción para aumentar el valor agregado nacional y el compromiso ineludible de liberar el mercado ecuatoriano en favor de la UE, pues en eso consiste un TLC como lo demuestran los que se han suscrito con Perú y Colombia.

El Ecuador debe precautelar que sus actuales corrientes de comercio con la UE no se afecten en favor de los países competidores vecinos. Por ejemplo, tiene que defender que el banano ecuatoriano pague lo mismo que pagará el banano colombiano es decir 75 euros por tonelada en el año 2020. Si el Ecuador no firma un TLC con los europeos nuestro banano pagará 114 euros por tonelada en ese año.

Pero un acuerdo comercial no debe hacerse solo para defender las condiciones de competencia de los productos que ahora vendemos a base de nuestra productividad, sino ver qué otros productos podemos exportar en el futuro. Por ejemplo, si se hace la industria petrolquímica junto a la nueva refinería, en qué condiciones se venderán los productos plásticos a la UE, especialmente en materia de requisitos de origen.

Antes de sentarse a la mesa de negociaciones el Ecuador debe saber a profundidad y en detalle los aspectos positivos y negativos de las efectuadas por Perú y Colombia y cuáles han sido los primeros resultados, para saber si nos conviene una adhesión incluyendo condiciones especiales en ciertos plazos, excepciones de productos sensibles, aportes o subvenciones como a Colombia y más condiciones que le den ventajas concretas y reales, a fin de disminuir el peso conceptual de que un TLC con Europa es un negocio potencial para Ecuador, casi ilusorio, pero con costos reales al abrir nuestro mercado que inmediatamente será aprovechado.

Aquí ya no caben ideologizaciones sino planteamientos realistas y pragmáticos para resolver la contradicción entre proteger a nuestra incipiente industrialización, generar nuevos productos exportables y abrir el mercado ecuatoriano en favor de los europeos. Prohibido improvisar porque en estas materias será muy caro.

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