25 años en la UE

España y Portugal celebraron, a caballo entre Lisboa y Madrid y con una marcada austeridad, su ingreso hace 25 años en la Unión Europea. La crisis del euro, los duros recortes al gasto y las reformas estructurales dirigidas desde Bruselas que sufren los dos países, forzaron que la fiesta fuera contenida pero cordial. La Unión Europea de entonces era muy diferente de la de hoy, estaba en fase expansiva y el eje franco-alemán conducía el invento con fuerza y convicción. La UE hace 25 años era un mercado, pero también una idea política impulsada por aquellos que guardaban en la memoria el triste recuerdo de millones de muertos víctimas de una guerra que había asolado el continente. Unos y otros tenían mucha fe, alimentada por este recuerdo y la firme voluntad de que nunca más se repitiera la barbarie, en una Europa unida, fuerte y social.

España también era muy diferente a la de hoy, todavía no hacía una década que había empezado a disfrutar de una joven democracia, recuperada tras una férrea dictadura que la había sometido a un drástico atraso político, económico y social. España vivía sufriendo alguna vacilación involucionista y necesitaba consolidar su débil democracia. Para España era vital el ingreso en la UE, lo necesitaba políticamente y también económicamente. En este sentido, la UE ha significado para España la recuperación más grande que nadie no podía ni soñar. De 1986 a 2006, recibió 118.000 millones de euros en ayudas, la mayor cantidad que nunca Bruselas había concedido a un país recién llegado. La operación de solidaridad más grande de la historia. España se modernizó, pasando en 20 años de ser un país atrasado a la altura de los más ricos de la Unión.

A pesar de no ser un país fundador y de haber formado parte del grupo de miembros pobres de la UE hasta la llegada de los países de Europa Oriental, desde el principio de su incorporación, España, con el presidente Felipe González al frente, trabajó estrechamente con la Comisión Europea y los líderes de los otros once Estados miembros en la transformación del mercado común europeo en una entidad política que pasó a denominarse Unión Europea en 1993, al entrar en vigor el Tratado de Maastricht. González, que mantenía una relación privilegiada con el presidente francés, François Mitterrand y con el canciller alemán, Helmut Kohl. También tenía buenas relaciones con la británica, Margaret Thatcher y con el que la sucedió, John Major

El presidente Felipe González fue el inventor del concepto de ciudadanía europea.Con la llegada al poder de José María Aznar, España perdió influencia en la UE. Descuidó las relaciones con el eje franco-alemán, con EE.UU. a favor de la invasión de Irak.

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