La Organización Económica para la Cooperación y Desarrollo-OECD acaba de publicar un estudio en el cual se proyectan los crecimientos de la economía mundial, de los países de la OECD, y de ciertas economías que forman parte del G-20. Manteniendo la tendencia actual en el sentido de que las economías emergentes crezcan a tasas más altas que las economías industrializadas, se espera que para 2060, habrá un cambio importante en la clasificación de las mayores economías del mundo. Una regla muy simple nos da la pauta. Para establecer cuantos años le tomará a un país duplicar su producción de bienes y servicios basta aplicar la regla del 72 que nos da una aproximación. Esta regla mantiene que si se divide el número 72 para la tasa de crecimiento promedio que se espera en el futuro se obtendrán el número de años que se necesitan para doblar la producción. Así, si la economía norteamericana se espera que crezca al promedio que estima la OECD de 3% promedio anual por los siguientes 50 años, su economía crecerá aproximadamente al doble en 24 años. En cambio, si la economía china continúa expandiéndose a una tasa de 8% anual, a los chinos les tomará aproximadamente 9 años duplicar su producción, por lo cual se estima que en 2016 China será la primera economía mundial. Así mismo, dada la divergencia en tasas de crecimiento se espera que la economía de la India en el largo plazo sobrepase en términos nominales a la de EE.UU. En conjunto, estas dos economías asiáticas sobrepasarán en breve al conjunto de las economías de las siete naciones que forman parte del llamado G-7. En cambio, países como Japón y los de la Eurozona, cuyas poblaciones están envejeciendo cederán posiciones a países con poblaciones más jóvenes como las de Indonesia y Brasil. Por lo cual, se estima que el balance del poder económico mundial cambie dramáticamente en los próximos 50 años. Este cambio en el largo plazo vendrá acompañado por mejores condiciones de vida, esperando que el ingreso por ciudadano en los países más pobres más que se cuadruplique para fines de 2060. Este crecimiento podría ser de siete veces en China e India, ayudando a cerrar paulatinamente la brecha en las condiciones de vida entre las economías más avanzadas y las emergentes. En el caso de China a pesar del impresionante crecimiento la calidad de vida se estima sea equivalente al 60% de la de los países líderes. Las proyecciones de la OECD, si bien se centran en el crecimiento de las economías de un grupo de países para los próximos 50 años, sus implicaciones van más allá del cambio en el peso económico relativo, sino en el peso político que adquirirán ciertas naciones cambiando el balance de poder en el mundo.