Quedó en ridículo el costoso aparato de protección de míster Obama. Mil peluquerías, mil directores financieros, cien mil gerentes y periodistas siguen gozando el chismonón de la noche alegre, que con pilatunas sexuales pasaron 11 fornidos gringos con 11 paisanas en Cartagena. Chisme que llegó a Hillary Clinton y a Obama. Un chisme con sabor a caviar para los señorones del poder, la política, las politólogas, las diplomáticas, más radio, prensa, televisión y columnistas de 57 países. Quedó en ridículo el costoso aparato de protección de míster Obama. ¿Qué tal que ellas, ‘las fufurufas’, hubieran sido espías? Gran ‘oso peludo’. El embajador de Estados Unidos en Colombia, Michael McKinley, se trasnochó 45 días para que la visita de su jefe resultara impecable, y unos guaches le deslucieron su trabajo.
Mucha censura para las 11 colombianas por su rebusque, su amarga y dura profesión. También las hay en el Hotel Ritz, en el Dorchester y el Palace de Madrid. Las ‘fufurufas’ tienen defensora.
Mi novia-esposa, Lulita Arango, me dijo que ellas no son como las pintan, que a ella y a Salvo Basile les dijeron que las 11 son mujeres bilingües, expertas en el TLC y en la política internacional gringa. Que fueron al hotel a intercambiar ideas con los gringos. Salvo Basile me exige escribir que en Cartagena hay 180 000 mujeres jóvenes, muy rectas, que trabajan doce horas diarias sin dedicarse al cuento sexual. Y Cartagena no puede ser la víctima ahora.
Volvamos a la cumbre presidencial: la señora Tutina de Santos hizo gran esfuerzo diplomático. Encantó con sus vaporosas túnicas guajiras los 25 cocteles y almuerzos que atendió. El presidente Santos cosechó aplausos en los 15 discursos y en las 47 entrevistas que le hicieron. La revista Time lo canonizó como “sabio estadista”. Pero nos costó un dineral la cumbre. Dos diplomáticos y un general de artillería me ayudaron haciendo las cuentas económicas del fiestón. Atérrense: sumando llegamos a los 96 millones de dólares, porque incluimos el gasto militar y mover a Cartagena a 12 000 hombres, más centenas de vuelos de helicóptero. Sumen ejercicios militares, más movidas de fragatas, etc.
El presidente Santos se ganó críticas por el dineral gastado. Los pagadores de impuestos quieren una severa austeridad oficial. En seguridad gastamos locamente; hay miles de carros blindados con guardaespaldas, muchos para darse pantalla. Gastemos menos en imagen y miremos a los barrios inundados sin motobombas.
Punto. Y aquí termino. Voy a ver mi deliciosa telenovela barranquillera, ‘Amor de carnaval’. Salen algunas ‘fufurufas’. Hay líos de faldas y poco sexo, afortunadamente.