El voluntariado da vida a los refugios de mascotas

Lucky Bienestar Animal tiene 141 animales rescatados. Se pueden contactar a través de su página de Facebook @luckybienestaranimal para los programas de apadrinamiento. Foto: Galo Paguay / Narices Frías

Lucky Bienestar Animal tiene 141 animales rescatados. Se pueden contactar a través de su página de Facebook @luckybienestaranimal para los programas de apadrinamiento. Foto: Galo Paguay / Narices Frías

Lucky Bienestar Animal tiene 141 animales rescatados. Se pueden contactar a través de su página de Facebook @luckybienestaranimal para los programas de apadrinamiento. Foto: Galo Paguay / Narices Frías

Cuidar de decenas de animales rescatados tiene un costo económico, físico y emocional. Así lo reconocen los voluntarios de los refugios de Quito.

Se calcula que en la ciudad existen cerca de 500 000 animales, según el Municipio de Quito. No es difícil cruzarse con  perros y gatos abandonados al circular por las calles. Algunos nacieron ahí y otros tuvieron un hogar.

Lucky Bienestar Animal lleva alrededor de ocho años rescatando. “Tenemos 141 a nuestro cargo; entre los que viven en el refugio, los temporales y las manadas callejeras”, dice María Alejandra Reyes, presidenta de esa organización.

Para ellos el programa de apadrinamiento es el principal apoyo. “Con una cantidad mínima al mes se ayuda a cubrir los costos de comida, cuentas veterinarias, agua para los rescatados”, cuenta María Victoria Melo, voluntaria de Lucky. Los padrinos también visitan a sus ‘ahijados’, salen a pasear, los bañan y juegan con ellos.

Acción Animal Ecuador cuida de 100 rescatados. Reciben visitas a su refugio para concientizar sobre tenencia responsable Facebook: @Accionanimalecu. Foto: Galo Paguay / Narices Frías.

Al visitar cualquiera de estos refugios, las personas son recibidas por decenas de animales. Saltan, ladran, lamen sus manos y corretean. Es casi imposible salir con la ropa libre de huellas. Esas son las muestras de afecto de los rescatados que provienen de situaciones de maltrato y abandono.

Por fuera estos refugios parecen terrenos baldíos o casas familiares. La mayoría trata de mantener su ubicación de forma discreta para evitar que las personas acudan a sus instalaciones para abandonar a sus mascotas. 

Acción Animal Ecuador tiene otra política. “Creemos que si la gente viene y ve el trabajo que se hace es más probable que quiera ayudar. Además, así contribuimos a un cambio en la mentalidad de la gente sobre el problema de la sobrepoblación”, señala Stefany Hernández, rescatista de esa entidad.

Ellos realizan actividades para voluntarios como las ‘semaforeadas’. En estos eventos se recorren algunas calles para recaudar dinero. También hay programas de donaciones y apadrinamiento del refugio.

Catman & Dogin tiene 27 animales a su cargo. Ellos difunden sus actividades a través de sus redes sociales: @catmanydogin. Foto: Galo Paguay / Narices Frías.

Convivir y hacerse cargo de más de 40 rescatados tiene un costo físico y emocional, reconoce Paola Arana, de Catman & Dogin. “Es estresante porque tienes que encontrar la manera de mantener a tantos animales y la gente no siempre puede ayudar”, cuenta.

Los voluntarios que trabajan con esta organización dan una mano en eventos, mingas y paseos para los peludos. También recolectan donaciones y a trasladar a  perros y gatos a festivales de adopción.

Pese a el estrés que puede causar la vida de refugio, los rescatistas concuerdan en que cada animal adoptado es suficiente recompensa. “Verlos felices y bien cuidados con sus nuevas familias hace que todo valga la pena”, dice Camilo Ramírez de Acción Animal. “Su gratitud es infinita”, concluye.