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Relajación y diversión, la apuesta de las peluquerías de mascotas

Las peluquerías de mascotas se enfocan en dar a los animales una experiencia agradable y libre de estrés. Foto: Diego Pallero / Narices Frías

Las peluquerías de mascotas se enfocan en dar a los animales una experiencia agradable y libre de estrés. Foto: Diego Pallero / Narices Frías

Las peluquerías de mascotas se enfocan en dar a los animales una experiencia agradable y libre de estrés. Foto: Diego Pallero / Narices Frías

Atrás quedaron los días en los que las mascotas esperaban horas en una jaula para ser atendidas en la peluquería. Hoy en día estos servicios evolucionaron para convertirse en verdaderos spas y brindar a los animales de compañía un trato especial, enfocado en su bienestar y en su disfrute.

¿Por qué cambió? Estos compañeros de cuatro patas se convirtieron en una parte importante de la familia, los dueños responsables buscan productos y servicios que mejoren la calidad de vida de sus ‘perrhijos’ y también que estén acorde a los parámetros de bienestar. Prefieren que se evite el maltrato, que sean tratados con cariño y, sobre todo, con respeto.

Las experiencias de los animales también son importantes para esta nueva generación de peluquerías. Utilizan juguetes, técnicas de relajación, y masajes para que los perros y gatos no tengan estrés ni ansiedad. “La idea es que disfruten y no le tengan miedo al agua, al corte de pelo”, comenta Érika Álvarez, dueña de Kika Pets, en el Valle de los Chillos.

Mientras esperan su turno en Kika Pets, las mascotas pueden jugar en un espacio cerrado y seguro. Foto: Alfredo Lagla / Narices Frías

Los clientes que llegan a este lugar encuentran actividades entretenidas, una piscina de pelotas, resbaladeras y corrales (en lugar de jaulas). Con ello evitan el estrés y ayudan a que las mascotas entren más tranquilas a la zona de baño y corte de pelo.

Allí, con paciencia, una persona especializada y capacitada los baña con cuidado. Cuida que no entre jabón en sus ojos ni oídos, les cepilla sus dientes, y los enjuaga con agua temperada –ni muy caliente ni muy fría- para evitar quemaduras o malestares en la piel sensible de los animales de compañía.

Mientras tanto, desde la sala de estar, los dueños pueden observarlo en cada etapa. Si es necesario, pueden entrar a la zona de peluquería para ayudar al personal a tranquilizar a sus pequeños.

El secado es importante para evitar malos olores. Se debe hacer con instrumentos especiales. Foto: Alfredo Lagla / Narices Frías

En Cumbayá existe otro de estos centros. Wet Paws nació con la necesidad de tener un espacio abierto y libre de estrés para los animales. Nayla Bernal, dueña del lugar, cuenta que siempre tuvo experiencias difíciles cuando sus mascotas iban a la peluquería. Tampoco le gustaba la idea de que pasen en una jaula por horas.

Desde hace un año brinda servicios de aseo y estética totalmente libres de estrés. Los perros y gatos esperan en corrales especiales. Los baños se hacen con cuidado y tomando en cuenta el temperamento de cada individuo.

El corte y limado de uñas es un servicio que se ofrece en Wet Paws. Este procedimiento debe realizarse con cuidado para no lastimar los nervios de las patas de las mascotas. Foto: Gabriela Castellanos / Narices Frías

Los servicios que se ofrecen son variados. La mayoría de perros y gatos llega por baños y peluquerías, pero también se encuentran con cortes especiales, limpieza de uñas, peinados, masajes relajantes, aromaterapia y musicoterapia.

Todo el proceso es visible desde la recepción. “Los dueños se quedan más tranquilos cuando ven esto, saben que no vamos a maltratarlos”, explica Bernal. Asimismo, cuenta con cámaras de seguridad para tranquilidad de sus clientes.

Es importante que los lugares donde se realizan baños y peluquerías sean seguros y cuenten con cámaras para verificar el buen trato a los animales. Foto: Gabriela Castellanos / Narices Frías

También es importante que el personal que atiende a los animales tenga una conexión especial con las mascotas. “Alguien que ame a los perros y gatos y disfrute trabajar con ellos”, puntualiza Pablo Rosero, gerente de Puppy’s Pet Services, en el norte de Quito.
En su caso, un adiestrador canino es quien dirige la peluquería. Él conoce del manejo adecuado de cada raza y con ello logra que los peludos que visitan el lugar estén más relajados en el proceso.

Uno de los consejos que da es empezar mojando el cuerpo del perro y al final lavar su cabeza de forma rápida. Así se evitarán las sacudidas constantes. Dependiendo del tamaño del animal y el tipo de pelaje, pueden pasar entre 40 minutos a dos horas sobre las mesas de trabajo, por lo que es recomendable que sean experiencias agradables.

No a todos los perros les gusta la secadora, por lo que utilizar toallas es muy apropiado. Luego se continúa con una secadora especial para mascotas que funciona a una temperatura específica para no quemar la piel.

Se deben utilizar productos especialmente formulados para los animales. Su piel es sensible y se puede irritar fácilmente con insumos de uso humano. Foto: Diego Pallero / Narices Frías