El pasado fin de semana, varios animales se vendían en una camioneta, en El Recreo. Foto: EL COMERCIO
Con la llegada de la Navidad, comerciantes ambulantes e informales aprovechan espacios como plazas y mercados para realizar la venta de animales de compañía.
Los principales compradores son personas que piensan dar un detalle, que puede costar entre USD 20 y 50 en los mestizos y hasta USD 300 en cachorros de raza, sin tener en cuenta la responsabilidad que implica el cuidado de un animal.
Para evitar el maltrato y la venta indiscriminada de estos animales, la Agencia Metropolitana de Control intensificó la vigilancia y las visitas a los principales puntos de venta dentro de la ciudad.
La Ordenanza 048 de Bienestar Animal de Quito establece una multa, dependiendo de la gravedad, que va desde USD 173 a 347. Por otra parte, el Código Orgánico Integral Penal incluye penas de trabajo comunitario y prisión entre 3 y 30 días, dependiendo de la infracción.
La Agencia Metropolitana de Control, a través de los inspectores de Fauna Urbana, realiza operativos en el Distrito Metropolitano de Quito, con mayor intensidad en este mes para evitar el maltrato y mala tenencia animal, con el propósito de precautelar el bienestar de las mascotas y sus dueños.
Cristhian Tobar, vocero de la AMC, comenta que el trabajo que desempeña esta entidad en el tema de fauna urbana responde, en la mayoría de casos, a las denuncias presentadas por la ciudadanía que conoce de casos puntuales en mercados y espacios públicos.
A pesar de los operativos organizados institucionalmente y la sanción económica por parte de la ley, estas prácticas de venta informal son muy difíciles de erradicar. Lorena Belollio, coordinadora de Protección Animal Ecuador (PAE), comenta que desde hace tiempo regular la fauna urbana en Quito se ha convertido en una tarea complicada durante todo el año, y aún más en las festividades.
El pasado fin de semana, en un recorrido por la zona posterior aledaña al Centro Comercial El Recreo, en el sur de Quito, hubo presencia de vendedores informales de animales. Las razas french poodle, schnauzer, castellano, husky, pitbull, salchicha e incluso un bull terrier, con llamativos lazos rojos y azules atados a sus cuellos, fueron las más frecuentes.
Los precios de los cachorros iban desde los USD 15 en caso de los castellanos, hasta las USD 250 en caso de los pitbulls. Esto dependía del color, edad y tamaño.
El Recreo no es la única zona conflictiva en torno a la venta de mascotas. En Chillogallo, por ejemplo, cada martes se ofertan perros y gatos, a pesar de las sanciones.
Belollio explica que la compra de animales es una decisión ética, pues pese a la gran oferta de cachorros y perros de raza existen varios animales en diferentes refugios esperando una segunda oportunidad. La coordinadora de PAE pide a la ciudadanía tomar conciencia de estas actividades que afectan a los animales, para que este negocio que solo busca lucrar de los animales deje de ser rentable.