La obesidad es uno de los factores de riesgo para que las mascotas desarrollen diabetes. Foto: Pixabay.
La diabetes, una de las enfermedades en crecimiento entre las personas, también va en aumento entre los animales de compañía. Según un estudio de la Universidad de Illinois en Estados Unidos, entre el 2007 y el 2012 hubo un incremento del 32% en los casos de diabetes en perros.
Hoy en día se estima que alrededor de uno de cada 200 gatos y uno de cada 400 perros desarrolla la enfermedad, pero muchos no reciben tratamiento por falta de diagnóstico. La diabetes aparece principalmente entre perros de mediana a avanzada edad, según Diabetes Care.
La mayor parte de casos se reportan entre hembras (70%). Además existen algunas razas con mayor predisposición a desarrollar diabetes. Los salchichas, poodles, schnauzers, terriers, springer spaniels, samoyedos, golden retrievers son algunos de los que están en mayor riesgo. Por otro lado en los cocker spaniels, pastores, collies y boxers no se ha encontrado una alta incidencia de la enfermedad.
Dos tipos de diabetes
El diagnóstico positivo de diabetes en las mascotas no implica el final de su vida. Con los cuidados apropiados pueden vivir un tiempo largo y feliz. El primer paso es tener un diagnóstico acertado y un protocolo de tratamiento.
La diabetes tipo 1 también se conoce como deficiencia de insulina. Esta ocurre porque el cuerpo no es capaz de producir esta sustancia en el páncreas, según PetMD, un portal de medicina veterinaria y cuidado de mascotas..La función de la insulina en el cuerpo es regular la glucosa de la sangre. El segundo tipo se conoce como diabetes resistente a la insulina. En este caso el páncreas produce insulina, pero las células del cuerpo no la pueden utilizar.
Varios estudios sobre la enfermedad concluyen que los perros tienen mayor probabilidad de desarrollar la diabetes tipo 1, mientras que los gatos suelen presentar diabetes tipo 2 con mayor frecuencia.
Síntomas y tratamientos
Algunas señales pueden indicar que algo no está bien y que es necesario llevar a las mascotas al veterinario. Tener más sed de lo normal y orinar con más frecuencia son dos alertas principales. También se puede encontrar un incremento en el apetito sin aumento de peso, infecciones en vías urinarias, mal olor en la orina y glaucoma.
Luego de realizar exámenes, los médicos veterinarios podrán indicar si la mascota sufre diabetes o alguna otra enfermedad. Entonces se iniciará el tratamiento, que puede durar toda su vida.
Para la diabetes tipo 1 los animales requieren insulina después de cada comida. La cantidad dependerá del peso del animal y sus necesidades específicas. Se la administra a través de una inyección subcutánea, según el médico veterinario Daniel Ortega. “Al principio los dueños tienen un poco de miedo de administrar el medicamento, pero poco a poco se dan cuenta de lo fácil y rápido que es”, apunta.
Esta sustancia se debe guardar en el refrigerador y siempre hay que verificar su fecha de caducidad. También se aconseja no agitar el producto y más bien hacerlo rodar entre las manos. La administración debe ser siempre a la misma hora y en la cantidad señalada por el profesional médico a cargo del caso. .
Además el tratamiento incluye cambios en la dieta y el ejercicio de las mascotas, algo que ayuda a estabilizar los niveles de azúcar en la sangre. Hay que tener precaución con la obesidad, apunta el especialista. Por ejemplo, una de las recomendaciones es mantener alimentación alta en fibra y baja en carbohidratos simples. Esto puede acompañarse con nuevos horarios de alimentación,
En el caso de las hembras también se pueden realizar histerectomías (extracción del útero). Con esto se evitan picos hormonales que pueden complicar la salud del animal.