La Ordenanza 048 establece que las mascotas deben contar con vacunas, desparasitaciones y chip de identificación para ser vendidas.Foto: Captura
Entre las páginas de compra y venta en línea es común encontrar anuncios de venta de cachorros “100% puros”. Eso se asegura a los interesados que buscan un perro o gato de raza, en torno a la procedencia del animal.
En redes sociales, las publicaciones aparecen casi a diario en grupos de compra, venta e intercambio. “Vendo o cambio perrito bull terrier macho de 1 año 9 meses de edad, todo al día. O cambio por una funda de comida para perros de 45 kg y un Play Station 2. Si es venta es negociable”.
La publicación está en un grupo cerrado, en donde se oferta el perro por USD 150.
El comercio de mascotas está regulado en Quito, pero un vacío en la ley permite que la transacción se concrete sin control. La Ordenanza 048 prohíbe la venta de mascotas de forma ambulante.
Pero, por otro lado, señala que los establecimientos dedicados al comercio de animales de compañía podrán hacerlo únicamente si provienen de criaderos registrados. “En ninguna parte de la ley se menciona al comercio en línea”, acota la doctora Karina Pizco, coordinadora del Centro de Gestión Zoosanitaria Urbanimal.
América Freire, fundadora de la organización Patitas Callejeras, dice que ha tenido que luchar contra este problema casi una década. Sin embargo, dice, en los últimos siete meses se ha potenciado. Muchos perros y gatos que se venden no cuentan con vacunas ni son desparasitados, por eso se enferman fácilmente.
Presentar denuncias es un fracaso en la mayoría de ocasiones, según la rescatista.
La forma en la que operan los vendedores impide conocer su nombre completo, número de cédula o dirección exacta. Se acuerdan depósitos o transferencias y las mascotas se envían a domicilio utilizando algún servicio de transporte.
Además, según la Agencia Metropolitana de Control, debido a que la ley no contempla el control sobre el comercio en línea de mascotas, es imposible iniciar procesos administrativos por esta causa.
Tras las denuncias, la AMC hace inspecciones para verificar si no se está incurriendo en algún tipo de maltrato animal. En el 2017, la Agencia recibió 1 937 denuncias relacionadas con fauna urbana.
También se ha identificado que las personas que no logran vender a sus mascotas las abandonan, lo que contribuye a la sobrepoblación de animales en las calles.
Aquellos que compran los animales, a veces, también los abandonan cuando surgen enfermedades. Freire cuenta que alrededor de 20 gatos persas que rescataron presentan enfermedades graves de leucemia y sida felino.
El camino para solucionar esta problemática tiene varios pasos. Lo primero es una reforma a la Ordenanza para regular las nuevas formas de venta de mascotas. Pero Pizco recalca que eso demandará de sanciones más severas.
El ejemplo de Holanda -primer país del mundo sin animales callejeros- dicta las pautas a seguir. La coordinadora de Urbanimal cuenta que un primer paso es poner impuestos altos a los perros de raza, de esta forma se asegura que las personas que los compran tengan los medios para mantenerlos y no los abandonen.
El segundo paso es la esterilización, un programa que ya se realiza en la ciudad. La identificación y la educación son otras aristas que van de la mano de estas políticas, las cuales buscan asegurar el bienestar animal en