En la web hay enciclopedias ‘online’ que verifican su contenido.
En mayo del 2001, Wikipedia en español nació como un proyecto que pretendía universalizar la información contenida en las grandes enciclopedias del mundo. Para ese momento, los tomos académicos de este tipo bordeaban los USD 100; en cambio, esta versión en línea era completamente gratuita.
A pesar de los malos augurios y la resistencia de los grupos académicos, Wikipedia se ha convertido en uno de los sitios más consultados al momento de acceder a contenidos históricos, literarios, naturalistas y demás.
Frente a los 11 tomos de la enciclopedia Espasa, una de las más destacadas de su tipo y que bordea los USD 900, la versión ‘online’ de Wikipedia tiene casi 1 350 000 artículos de lectura gratuita, que impresos se transformarían en más de 7 000 tomos .
La gratuidad, rapidez y contenidos interconectados son, para la especialista en educación digital María José Cáceres, tres elementos que han convertido a las enciclopedias digitales en las acompañantes de las jornadas de tareas de estudiantes de escuela y colegio. Sin embargo, ella advierte que no todas cuentan con información veraz, por lo cual “Wikipedia puede crear grandes vacíos si no se toman en cuenta ciertos cuidados”, dice.
Ya que conoce que los estudiantes no siempre contrastarán la información en libros, Cáceres recomienda el uso de enciclopedias en línea como la de Espasa, que sí cuenta con contenidos gratuitos, o la Britannica, en inglés. Si el idioma es una barrera, se pueden utilizar herramientas de traducción de Google, por ejemplo.
Para el psicoeducador José Estévez, las herramientas digitales son una oportunidad para que los niños y jóvenes no solo se conviertan en consumidores, sino también en pequeños investigadores. Tal es el caso de Vikidia, una enciclopedia en línea enfocada a estudiantes de niveles primario y medio, y cuya información es redactada por estudiantes para luego ser analizada por los editores del sitio.
Al momento de acceder a esta información en línea, los padres deben tomar en cuenta la edad de los usuarios. La Biblioteca para niños del Tecnológico de Monterrey o Britannica Kids cuentan con plataformas interactivas para que el público infantil aprenda nuevos conocimientos de una manera lúdica y funcional.
Cáceres recomienda que los padres de familia o tutores de los estudiantes sean los primeros en llevarlos a estos espacios digitales. A su criterio, aquello estimula la curiosidad, sobre todo en los niños, por lo que no solo buscarán información específica, sino que empezarán a desarrollar su interés en otras áreas.
Estévez, por su parte, sugiere que el uso de estas plataformas también entre en el esquema de estudios dentro de casa. Explica que estimular juegos de recompensa en torno al uso de estos sitios abre oportunidades para un uso práctico de la web. “Se pueden enfocar en la mitología e ir descubriendo nuevos dioses juntos”, finaliza.