Esta tecnología que ya es comercializada por un par de empresas estadounidenses a costos elevados fue emulada por los ingenieros electrónicos de esta institución educativa. Foto: Misael Morales
Hace dos años, un grupo de investigadores de la Escuela Politécnica Nacional se planteó un reto: diseñar un páncreas artificial capaz de monitorear de forma continua los niveles de glucosa en la sangre y liberar insulina al cuerpo cuando sea necesario.
Esta tecnología que ya es comercializada por un par de empresas estadounidenses a costos elevados fue emulada por los ingenieros electrónicos de esta institución educativa.
En la actualidad, la Escuela Politécnica Nacional compite con otras universidades de Colombia y Argentina que también concentran sus esfuerzos en crear un páncreas electrónico o artificial. Por el momento, Argentina es el país que más avances presenta en este aspecto.
Esta es la primera vez que en el país se produce un aparato de estas características que beneficiará a los pacientes con diabetes insulino dependientes.
No ha sido fácil para este equipo de especialistas diseñar este aparato; de hecho el diseño todavía continúa.
Según Andrea García, ingeniera en Electrónica, esta es la primera vez que en el país se produce un aparato de estas características que beneficiará a los pacientes con diabetes insulino dependientes.
La diabetes es, por el momento, la segunda causa de muerte en Ecuador y las mujeres son las más afectadas.
Según una encuesta realizada con la Organización Panamericana de la Salud, entre el 7,1 y el 7,8% de ecuatorianos vive con diabetes. Por esta razón, el diseño de este aparato resulta de gran utilidad.
Danilo Chávez, PhD en Ingeniería de Sistemas de Control, explica que el páncreas que ellos están desarrollando tiene un cerebro electrónico y una parte mecánica, la cual está compuesta por una bomba de insulina que puede ser dosificada.
Al mismo tiempo, incluye un sensor de insulina no invasivo, porque, en la actualidad, se pincha al paciente para extraer la sangre y conocer sobre su requerimiento de insulina.
Según explica, en la Politécnica se está creando, al momento, un innovador sensor a base de luz para detectar el nivel de insulina.
Como advierte Óscar Camacho, PhD en sistemas de control, este páncreas artificial se coloca de manera externa, incluso puede ir ubicado en la correa del pantalón.
Esto significa que es no es un dispositivo invasivo, es decir, no interfiere con ningún órgano vital del paciente.
Según afirman los especialistas, toda la ‘inteligencia’ del sistema está radicada en el controlador que fue creado para regular la glucosa.
De igual manera, la investigadora Andrea García precisa que el páncreas electrónico está compuesto por un sensor, una bomba y un controlador.
El sensor se encarga de detectar el nivel de glucosa en la sangre y una vez cumplida esta tarea, envía esta información al controlador que, a su vez, determina si está por encima o por debajo de los niveles de glucosa recomendados.
Además, se encarga de enviar una acción (una señal) para que la bomba administre la cantidad de insulina.
Para Jenny Haro, ingeniera, el objetivo principal de este desarrollo es mejorar la calidad de vida del paciente diabético en el país. Antes de que este páncreas artificial se ponga a prueba en un paciente, los especialistas concentran su atención en los ensayos que se realizan en un simulador también diseñado por ellos.
En realidad, el simulador que se proyecta en la pantalla de un televisor trabaja con este sistema de manera complementaria. ParaHaro, si no se lo pone a prueba en un simulador, se corre el riesgo de que el paciente que lo empiece a usar sufra una muerte súbita, entre en coma o tenga daños en diferentes órganos vitales.
Según Óscar Camacho, lo que se simula es el comportamiento de ciertas partes del organismo que tienen que ver con los niveles de glucosa.
Si estos niveles superan un rango que consideran como normales, entonces el cerebro del páncreas artificial, que en este caso es el controlador, toma una decisión para actuar sobre la bomba y colocarle la cantidad de insulina que se requiere para volver a situar los niveles de glucosa dentro del rango normal.
Para Danilo Chávez, el simulador es, en pocas palabras, el paciente porque han conseguido, después de mucho esfuerzo, recrear el organismo humano para conocer sus reacciones.
Durante el tiempo que ha durado este desarrollo, los especialistas han viajado a la Universidad Nacional de Colombia para conocer más sobre este sistema, ya que en esta entidad educativad del vecino país se encuentra otro simulador que trabaja con 30 pacientes: niños, adolescentes y adultos. La idea, como señala Andrea García, es replicar esta experiencia en Ecuador.
La especialista recalca que una de las ventajas de diseñar un páncreas artificial en Ecuador, y no importarlo de otro país, es que se puede ajustarlo a las necesidades propias de los pacientes ecuatorianos.
Además, hay una diferencia sustancial en los costos: un páncreas importado puede llegar a costar USD 3 000 mientras que el desarrollado por los ecuatorianos bordea los USD 1 000.
Según Danilo Chávez, al ser diseñado en el país, el costo se abarata y permite a más pacientes acceder a esta tecnología. Este especialista dice que el costo global del proyecto, fue de USD 60 000.