Lee Jae-Yong, vicepresidente de Samsung Group, llega a juicio en el Tribunal Central del Distrito de Seúl en Seúl, Corea del Sur. Fue detenido el 16 de febrero por presunto soborno relacionado con la fusión de dos de los afiliados de Samsung involucrando a la expresidenta surcoreana Park Geun-hye. Foto: EFE.
El heredero de Samsung insistió hoy (7 de abril de 2017) en que es inocente de los cargos que se le imputan dentro del escándalo de corrupción de la Rasputina, durante su primera comparecencia ante el tribunal surcoreano que le juzga por soborno y otros delitos.
Lee Jae-yong, líder de facto del mayor conglomerado empresarial surcoreano y vicepresidente de Samsung Electronics, negó haber realizado donaciones a organizaciones vinculadas a Choi Soon-sil, amiga íntima de la presidenta y apodada la Rasputina, para obtener un trato favorable de las autoridades.
Dichas transferencias se realizaron “bajo petición de la presidenta para promover el desarrollo cultural y de actividades deportivas, y no implicaron ningún favor a cambio”, afirmaron los abogados de Lee, quien compareció por primera vez ante el tribunal esposado y ataviado con un traje gris.
Según la fiscalía, el magnate autorizó el pago de Samsung de 43. 00 millones de wones (USD 37,3 millones) a dichas organizaciones, a cambio del visto bueno a una fusión de dos filiales del conglomerado que reforzaría el control del clan Lee sobre este grupo, pilar básico de la economía nacional.
Los representantes legales de Samsung afirmaron que esta operación “es una reestructuración de negocios dentro de las actividades de gestión” y “no estaba dirigida a una transferencia de poder”, según el testimonio recogido por la agencia local Yonhap.
Lee, de 48 años, se hizo en 2014 con las riendas del conglomerado que aporta la quinta parte del PIB nacional después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto que lo ha dejado incapacitado.
El ejecutivo permanece en prisión preventiva desde comienzos del pasado febrero, mientras que la sentencia para su caso podría conocerse a finales de mayo.
Por su parte, la expresidenta surcoreana, Park Geun-hye, también fue arrestada de forma preventiva el pasado viernes 30 de marzo de 2017, y la fiscalía tiene ahora un plazo de 20 días para poder presentar cargos formales contra ella por su papel en la trama de corrupción.
La fiscalía considera que Park y su amiga Choi, de 60 años y encarcelada desde noviembre, se confabularon para presionar a Samsung y a otros grandes conglomerados empresariales surcoreanos para que realizaran donaciones a organizaciones vinculadas a la Rasputina