La Universidad San Francisco de Quito inauguró el 10 de diciembre de 2018 uno de los más nuevos laboratorios de fabricación digital del Ecuador. Foto: Estéfano Dávila Ferri / EL COMERCIO

La Universidad San Francisco de Quito inauguró el 10 de diciembre de 2018 uno de los más nuevos laboratorios de fabricación digital del Ecuador. Foto: Estéfano Dávila Ferri / EL COMERCIO

La fabricación digital permitió la creación de prótesis y casas

La Universidad San Francisco de Quito inauguró el 10 de diciembre de 2018 uno de los más nuevos laboratorios de fabricación digital del Ecuador. Foto: Estéfano Dávila Ferri / EL COMERCIO

En el 2018, la impresión 3D dio varios importantes pasos en Ecuador y en el mundo. Las aplicaciones han sido varias, desde la medicina avanzada hasta la construcción, pasando también por la docencia y la ayuda social.

A escala internacional, uno de los mayores avances se registró en mayo, cuando investigadores de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, trabajaron en la impresión de córneas humanas.

Para este proceso de bioimpresión, células madre de un donante fueron mezcladas con una solución de alginato y colágeno, con lo que se logró una solución que podía utilizarse en una bioimpresora, una especie de 'biotinta' adecuada para el cultivo de las células madre. Con este método, según los investigadores de la universidad, es posible imprimir córneas que se ajusten a las necesidades individuales de un paciente.

En julio de este año, en los Países Bajos se llevó esta técnica en 3D un paso más allá, al aventurarse con la impresión de un barrio completo. El proyecto Milestone fue creado mediante una asociación entre la Universidad de Eindhoven, varias empresas constructoras y la Municipalidad de esa localidad en el sur del país.
 

Se trata, probablemente, de uno de los proyectos más ambiciosos a escala global, ya que son las primeras casas fabricadas con impresoras de concreto, con el fin de promover la vivienda y compensar de alguna forma la falta de mano de obra para el sector de la construcción en ese país. La primera casa de este conjunto habitacional estará lista para mediados del 2019, y el proyecto entero ha sido planificado para ejecutarse en cinco años.

En Ecuador, diferentes iniciativas han surgido tanto desde las alianzas entre empresas e instituciones educativas, así como desde iniciativas de emprendimiento apoyadas con fondos nacionales y extranjeros.

Uno de los últimos ejemplos es la creación de la primera escuela de fabricación digital en Ecuador, iniciativa impulsada por la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) y la multinacional Schlumberger. La iniciativa fue anunciada e inaugurada en los primeros días de diciembre de este año, pero ha sido el fruto de un trabajo que se ha coordinado durante los últimos dos años.
 

La Universidad San Francisco de Quito inauguró el 10 de diciembre de 2018 uno de los más nuevos laboratorios de fabricación digital del Ecuador. Foto: Estéfano Dávila Ferri / EL COMERCIO

El proceso de importación de equipos para el funcionamiento de este laboratorio de fabricación digital, así como el entrenamiento de los profesores que forman parte de esta iniciativa, ha sido un trabajo que se desarrolló durante los últimos ocho meses.

Este proyecto cuenta con licencias del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Esto implica que esta iniciativa forma parte de la red global de Laboratorios de Fabricación Digital, o Fab Labs, a escala global, según lo ha explicado Nelson Baldeón, MIT REAP Co-champion.

La implementación del Fab Lab, ubicado en las instalaciones de la USFQ en Quito, es solo una parte de este programa de educación enfocado en diseño digital, fabricación y robótica. Como parte del convenio, la universidad realizará varios talleres de capacitación en la Amazonía del país con los equipos de esta School Fab Lab. Está programada además la realización de ferias de ciencia y un campamento de verano para el próximo año.
 

La impresión 3D ha sido también parte de iniciativas de emprendimiento con visión social. Es el caso de MANI, un brazalete magnético que complementa las actividades de personas que han perdido parte de sus extremidades superiores.

Esta prótesis funciona mediante el uso de seis imanes de neodimio, que están sujetos a una base plástica que se puede imprimir en cualquier impresora 3D, lo que hace que su costo de producción sea significativamente inferior al de otro tipo de prótesis.

 
Sebastián Arroyo y Leonardo Castro, ingenieros graduados de la Universidad de las Fuerzas Armadas Espe, son los creadores de este proyecto, que este año ganó el tercer lugar en el concurso regional de emprendimiento 'Una Idea para cambiar la Historia', organizado por The History Channel. Esto les hizo acreedores de USD 20 000 para las siguientes fases de desarrollo del proyecto.

Este año también se ejecutó la Mision2700, una iniciativa para entregar como donación al menos 100 dispositivos EyeClip, aparatos de ayuda para personas no videntes creados mediante impresión 3D.
 

 
Diego Aguinsaca, uno de los creadores de este artefacto, explica que esta iniciativa se basa en una mecánica de apadrinamiento. El costo de este dispositivo es de USD 200, pero mediante donaciones particulares y de algunas empresas, se ha emprendido un viaje de 2 700 kilómetros en el país para donar los dispositivos.