El yagé o ayaguasca se utiliza en diferentes ceremonias espirituales realizadas como parte de los rituales de varias culturas en el Ecuador.

El yagé o ayaguasca se utiliza en diferentes ceremonias espirituales realizadas como parte de los rituales de varias culturas en el Ecuador.

Secretos de la enredadera de Ayahuasca

El yagé o ayaguasca se utiliza en diferentes ceremonias espirituales realizadas como parte de los rituales de varias culturas en el Ecuador. Foto: Archivo EL COMERCIO

Dentro de las tradiciones y los rituales de las culturas ecuatorianas, los saberes ancestrales han jugado un papel predominante al momento de dar su aporte sobre diversos aspectos, que van desde las dinámicas sociales hasta los aspectos medicinales y de sanación.

Y en lo que respecta a la curación de enfermedades, las plantas han sido una parte fundamental en la cosmovisión y la mitología de una gran diversidad de nacionalidades indígenas del Ecuador.

Al uso de las plantas en rituales complejos y milenarios se le han atribuido grandes ventajas, no solo en la sanación física, sino también espiritual.

Es el caso de la Banisteriopsis caapi, el nombre científico de lo que regularmente se conoce como el Yagé, con el que se prepara la bebida del ayahuasca, bebida tradicional indígena de varios pueblos andinos amazónicos tanto del Ecuador como de Sudamérica.

Según información que reposa en los archivos digitales de la Dirección de Saberes Ancestrales de la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), la ayahuasca es utilizada como alivio a diversos males físicos y psicológicos. También se usa en aquellas enfermedades del alma, como el ‘mal aire’, el ‘mal de ojo’ y otras dolencias que desde hace varias generaciones han aquejado a las personas, y que han sido atendidas por los shamanes de las comunas.

El uso de esta planta en rituales permite purificar la sangre o incluso dotar de fuerza sobrenatural a una persona, según la descripción que se hace en la ‘Enciclopedia de las Plantas Útiles del Ecuador’.

En este texto se resalta el uso de esta planta por nativos de muchas culturas, con reportes que datan incluso de hace 300 años. También se relata su uso dentro de los sistemas de creencias ancestrales de los Kichwas, haciendo alusión a sus propiedades alucinógenas.

Los shamanes de estas culturas logran, gracias al influjo de la ayahuasca, una comunicación con espíritus y deidades que habitan diferentes partes del cosmos. No obstante, el zumo de la raíz machacada también se utiliza en forma de bebida para eliminar los parásitos intestinales.

Dependiendo de la cultura, esta planta recibe varios nombres: pinde chuwa, barbasco makuma, inzapa, bejuco amarco, o incluso, soga de muerto.

La ingestión de esta bebida ayuda a los shamanes a detectar enfermedades de los miembros de su tribu, identificando las causas para así proceder a una curación adecuada.

El tallo de la bebida también es usada por los Wao en Napo para reanimar a personas desmayadas, o por los Tsa’chi en Pichincha como laxante y para tratar males como el dolor de estómago.