Mortal Kombat, uno de los videojuegos más icónicos y polémicos, fue lanzado al mercado el 8 de octubre de 1992. Foto: captura.
Cuando la empresa japonesa Capcom lanzó la primera versión de Street Fighter, en 1987, su título fue poco comprendido, pero estableció las bases de lo que eventualmente se convertiría en un estándar en el mundo de los videojuegos.
En 1991, llegó Street Fighter II, y su éxito fue tan rotundo, que ese mismo año la también japonesa SNK lanzó su propio título dentro del género: Fatal Fury.
Mientras que estos juegos introdujeron estilos de gráficos con una estética muy pulida, la desarrolladora estadounidense Midway decidió innovar en el mismo terreno con la captura de imagen de actores reales para incorporarlos en diferentes escenarios de lucha virtual.
Fue así que, para el 8 de octubre de 1992, nació Mortal Kombat, un juego que cambió las reglas de juego dentro de la industria, más que por sus logros técnicos, por la polémica que rodeaba a su contenido.
Este título mejoró el uso de proyectiles que habían incorporado sus predecesores para atacar a larga distancia, y también introdujo un tipo de movimiento para finalizar la pelea y humillar definitivamente al contrincante perdedor de la contienda: los famosos ‘fatalities’.
Estas movidas consistían en una serie de comandos que, de ser ingresados correctamente con los botones del control de mando, iniciaban una secuencia gráfica sangrienta que representaba la muerte definitiva del oponente.
Y ahí fue donde nació la polémica. En ocasiones bastaba un solo puñetazo virtual para arrancar la cabeza del adversario y regar sus entrañas, sangre y huesos por todas partes. Muchos padres de familia y políticos de Estados Unidos no vieron con buenos ojos estas animaciones.
Esto hizo que Mortal Kombat fuera muy popular y que comenzara a distribuirse en varias plataformas. El primer intento de bajarle el tono a la violencia vino de parte de Nintendo: la empresa pidió a Midway que cambie algunas de las animaciones y que cambie el gráfico color rojo de la sangre por un verde mucho menos sangriento.
Blake Harris, historiador de videojuegos, asegura, sin embargo, que el punto fuerte de la polémica vino desde Bill Andersen, un ayudante del senador estadounidense Joseph Lieberman.
En su libro ‘La guerra de las consolas’, Harris narra que, cuando el hijo de Andersen le pidió que le compre Mortal Kombat, le llamó tanto la atención que tuvo que mostrárselo a Lieberman. Y él, a su vez, terminó horrorizado con el juego, al punto que inició una campaña para llamar la atención sobre lo que podían –o no- mostrar los videojuegos como formato de entretenimiento masivo.
Su intención era la de regular juegos como Mortal Kombat o Night Trap (otro juego polémico de la época, pero no de pelea), mediante la creación de un sistema de calificación del contenido de los videojuegos. “En lugar de enriquecer la mente de los niños, estos juegos les enseñan a disfrutar la aflicción de tortura”, aseguró Lieberman en 1993.
Video: YouTube. Canal: K. Huntington.
Fue en 1994 cuando, mediante un subcomité del senado de EE.UU., se instó a la industria de videojuegos a crear un sistema de autorregulación. Si no lo hacían, el Estado se encargaría de censurar los juegos de video desde su óptica.
Ese año nació la ‘Entertainment Software Rating Board’, o ESRB , que establece una calificación a los juegos y los califica según qué tan adecuados son para los usuarios se diferentes edades según su contenido.
Desde entonces, Mortal Kombat ha llevado en prácticamente todas sus distintas versiones, la insignia M, por ‘Mature’, que según la ESRB, refiere a contenido violento, que podría resultar ofensivo para menores de edad.
Esta es la evolución que los juegos de Mortal Kombat ha tenido a lo largo de los últimos 25 años: