Soledad Espinoza no solo hace ropa, también se dedica a la restauración en su taller El Divino Niño. Foto: Vicente Costales /EL COMERCIO

Soledad Espinoza no solo hace ropa, también se dedica a la restauración en su taller El Divino Niño. Foto: Vicente Costales /EL COMERCIO

Imelda Hidalgo trabaja 20 años como costurera del Niño Jesús en Creaciones Glenda. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Imelda Hidalgo trabaja 20 años como costurera del Niño Jesús en Creaciones Glenda. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Marcia Sarango también trabaja en Creaciones Glenda. Allí, además se confeccionan las cunas para el Niño Jesús. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Marcia Sarango también trabaja en Creaciones Glenda. Allí, además se confeccionan las cunas para el Niño Jesús. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

María Luisa González tiene el local Los Ángeles. Está ubicado en la calle Rocafuerte, en el Centro de Quito. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

María Luisa González tiene el local Los Ángeles. Está ubicado en la calle Rocafuerte, en el Centro de Quito. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO

Las modistas del Niño Jesús, entre el culto y la tradición

Generación tras generación, varias familias del Centro de Quito se han dedicado al oficio de la moda. Pero no a cualquiera, sino a aquella destinada a honrar al Niño Jesús. Túnicas, pantalones, camisas, sombreros, zapatos. Cualquier atuendo que uno se pueda imaginar, las modistas de la calle Rocafuerte, en el corazón de la ciudad, lo confeccionan. Ellas, cuidadosamente, satisfacen lo que piden sus clientes: atuendos de gala para sus Niños Jesús. En cada festividad los fieles buscan ropa singular para el Niño. El blanco y negro resalta a los personajes y su oficio.