El colorido universo de Lego llegó por primera vez a Quito con el Lego Fun Fest, un evento que promete ser una experiencia inolvidable para niños, jóvenes y adultos. Desde su apertura en el Quicentro Shopping, cientos de familias recorren sus múltiples estaciones, sumergiéndose en un mundo de creatividad y diversión.
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Entre risas y emoción, los asistentes construyen desde pequeños vehículos hasta estructuras icónicas, demostrando que la imaginación no tiene límites cuando se trata de Lego.
El festival, que estará disponible hasta la segunda semana de abril, ofrece una propuesta interactiva que combina el arte, la innovación y el entretenimiento.
Foto: EL COMERCIO
Con 18 módulos temáticos, zonas de construcción y experiencias digitales, el Lego Fun Fest ha logrado captar la atención de aficionados y curiosos por igual. La variedad de actividades y la posibilidad de explorar cada rincón a su propio ritmo convierten a este evento en una cita imperdible para los seguidores de la marca.
Una experiencia que despierta la imaginación
Desde el momento en que los visitantes cruzan la entrada, el Lego Fun Fest los envuelve en un ambiente de creatividad. Una de las estaciones más concurridas es la piscina de Lego, donde niños y adultos se sumergen entre miles de piezas de colores para construir libremente.
En la Zona Gamer, los videojuegos inspirados en la marca permiten una experiencia digital complementaria para los amantes de la tecnología.
Otra parada obligatoria es la galería de arte, donde impresionantes esculturas elaboradas con piezas Lego sorprenden a los asistentes. En el Pasillo de Minifiguras, los visitantes pueden conocer la historia detrás de estos pequeños personajes, algunos de los cuales se han convertido en verdaderos íconos de la cultura pop.
A medida que avanza el recorrido, la diversidad de actividades permite que cada visitante encuentre su espacio ideal dentro del festival.
Lego Fun Fest es una experiencia para toda la familia
Luis Cisneros, presidente de Caña Producciones, organizador del evento en Ecuador, destaca la importancia de esta propuesta para el país.
“Es una experiencia para romper la creatividad, para divertirse y explorar. Todos hemos jugado con Lego alguna vez, y ver la emoción de los niños al entrar es algo que nos motiva”, señala. Para él, este festival es una oportunidad de unir generaciones a través del juego y la imaginación.
El evento ofrece actividades para todas las edades, desde la sección Duplo para los más pequeños hasta espacios como la galería Porsche, pensada para los mayores.
Foto: EL COMERCIO
Cisneros destaca que, aunque la experiencia tiene una duración promedio de una hora y media, muchos asistentes deciden quedarse más tiempo.
“Hemos visto familias que se quedan hasta dos horas explorando cada módulo”, comenta. La acogida ha sido tan positiva que no se descarta la posibilidad de extender la duración del festival más allá de abril.
Construcciones que sorprenden a todos
Alexis Valdés, ayudante en una de las estaciones del festival, dice que la creatividad de los asistentes no deja de sorprenderlo.
Desde que abrimos, hemos visto construcciones de todo tipo, desde personajes de películas hasta réplicas de lugares emblemáticos del Ecuador
Entre las creaciones más impresionantes destaca una réplica del Estadio Olímpico Atahualpa y una versión en miniatura del monumento a la Mitad del Mundo.
Foto: EL COMERCIO
Cada día, el espacio se renueva con nuevas construcciones, ya que las estructuras deben desmontarse para dar paso a la siguiente tanda de creaciones. “Hay personas que se quedan horas armando, disfrutando cada detalle. A veces entran a las tres de la tarde y salen a las siete de la noche”, relata Valdés.
Para él, ver la emoción de los participantes es una de las mayores satisfacciones del evento. “Es increíble cómo Lego puede unir a las personas en un mismo espacio de diversión y creatividad”, concluye.
Un visitante comparte su experiencia inolvidable
Daniel Ramírez, un joven de 25 años, asistió al Lego Fun Fest con su sobrino y quedó impresionado con la magnitud del evento. “Cuando entré y vi la piscina de Lego, sentí que volvía a ser niño. Es increíble ver cómo puedes construir lo que quieras y compartir esa emoción con los más pequeños”, comentó.
Para él, el festival fue una oportunidad para reconectar con su infancia y disfrutar de un espacio lleno de creatividad.
Foto: EL COMERCIO
Uno de los momentos que más le sorprendió fue la galería de arte, donde observó esculturas hechas completamente con piezas Lego. “No imaginaba que se pudieran hacer construcciones tan detalladas con estas piezas. Es impresionante el nivel de precisión y dedicación que tienen estos modelos”, dijo.