Orazio Bellettini, director general de Iche, describe la esencia del proyecto como una combinación de escuela, restaurante y laboratorio de innovación culinaria. La idea nació en el contexto del terremoto de 2016 que devastó el norte de Manabí.
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Junto a otros tres fundadores, Bellettini unió fuerzas para revitalizar la economía y, sobre todo, elevar el ánimo de las comunidades afectadas. Cada fundador aportó algo especial: Michelle O. Fried, una nutricionista reconocida; Martín Dickler, un experto en gastronomía que trabajó en proyectos similares en Perú y Bolivia; y Adriana Arellano, proveniente del desarrollo social.
El proyecto decidió asentarse en una zona de gran necesidad en el norte de Manabí, en lugar de establecerse en un centro poblado o gran ciudad. Esta decisión buscó responder a las necesidades de una región profundamente golpeada por los desastres naturales.
Bellettini, el único manabita entre los fundadores, destaca el orgullo que sienten los habitantes de la provincia por su gastronomía. Así, Iche apostó por la gastronomía como un medio de desarrollo, utilizando los recursos y tradiciones locales como bases de un proyecto de vida.
La escuela culinaria de Manabí
Iche no es solo un restaurante, sino también la primera escuela de gastronomía en Manabí especializada en comida manabita. Los estudiantes, provenientes de diferentes zonas de Manabí y otras provincias, llegan para aprender tanto las técnicas tradicionales como las más avanzadas.
Aprenden a trabajar con ingredientes locales, como los 16 tipos de maní que existen en Manabí, cada uno con una aplicación culinaria específica. Además, practican el uso de técnicas milenarias, como el horno manabita, y desarrollan habilidades en emprendimiento y liderazgo.
La formación en Iche es un proceso integral. Además de cocinar, los estudiantes aprenden atención al cliente, ética y trabajo en equipo.
“No formamos solo cocineros o chefs, sino catalizadores del desarrollo”, afirma Bellettini. Este enfoque va más allá de la cocina, inculcando en los estudiantes una visión de liderazgo y compromiso con sus comunidades.
En las mañanas, los estudiantes reciben clases teóricas, y en las tardes, se dividen en grupos para aplicar sus conocimientos en áreas prácticas, rotando semanalmente entre el bar, la cocina, el laboratorio de innovación culinaria, el huerto y el horno manabita.
Creación de experiencias culinarias
En noviembre de 2021, Lady Valencia, una estudiante de Iche, fue la primera manabita en ganar un concurso gastronómico nacional. Su propuesta era una experiencia en la que los visitantes pudieran ir a pescar con su padre, aprender a filetear y cocinar el pescado junto a su madre, y luego degustarlo.
La propuesta destacaba por ofrecer una experiencia que conectaba a los visitantes con la comunidad y la cultura local. “Aquí no vendemos platos de comida, sino experiencias“, dice Bellettini, resaltando el espíritu de Iche.
Valencia ganó entre 5 002 emprendedores gracias a la confianza en sí misma y al enfoque innovador que desarrolló en Iche. Este éxito no solo fue suyo; es un reflejo de la filosofía del proyecto, que fomenta el desarrollo de experiencias gastronómicas únicas que promueven la cultura manabita.
Desde entonces, Iche ha graduado seis promociones y ha visto cómo sus estudiantes logran metas importantes gracias a la confianza en sus habilidades y en sus raíces culturales.
Sabores que transportan, Manta es parte del programa LATAM
Desde julio de 2024, LATAM Airlines Ecuador sorprende a sus pasajeros en cabina Premium-Economy con la esencia de la cocina ecuatoriana. El programa “Sabores que transportan” incluye una propuesta gastronómica que celebra los sabores locales, creada por cinco reconocidas chefs ecuatorianas.
Los pasajeros de los vuelos que salen de Quito hacia Miami, Bogotá y Lima, y de Guayaquil hacia Santiago de Chile y Lima, podrán disfrutar de desayunos, platos fríos y almuerzos calientes que destacan la riqueza culinaria de Ecuador.
A partir de abril de 2025, Valentina Álvarez, chef de Manta y dueña del restaurante Iché, se une a esta propuesta con su plato estrella: Tigrillo con huevo frito y un “Picante” de pulpo, ventresca y yuca, inspirado en las raíces manabitas.
Junto a ella, las chefs Alejandra Espinoza, Isabella Chiriboga, Carolina Sánchez y Gabriela Cepeda ofrecerán sus creaciones en este menú a bordo. LATAM se convierte así en un embajador de la gastronomía ecuatoriana, llevando estos sabores a nuevos destinos.
El horno manabita, núcleo cultural y gastronómico
Valentina Álvarez, explica la importancia del horno manabita, el corazón de la cultura culinaria de Manabí. El horno, ubicado en el centro de la casa, es un espacio multifuncional donde se prepara la comida, se ahuman alimentos, y se secan semillas.
Es un espacio de reunión donde la matrona de la casa organiza no solo las actividades del hogar, sino también de la comunidad. Este espacio refleja el respeto hacia los recursos naturales, pues se reutilizan las brasas y se conserva la madera.
El horno manabita permite aplicar más de 16 técnicas de cocción, como hervir, asar, ahumar y deshidratar. Esta tradición se ha transmitido durante siglos, permitiendo mantener vivas las técnicas de los ancestros.
Álvarez destaca que, al reproducir este espacio en Iche, el proyecto logra que muchas personas recuerden sus raíces. “Al ver el horno, muchos visitantes recuerdan a sus abuelas y sus antiguas recetas”, comenta.
La gastronomía como motor de desarrollo
Iche busca no solo enseñar cocina, sino también fomentar un cambio cultural en el que los productos locales, como el café pasado, tengan un lugar privilegiado en la mesa manabita.
Bellettini subraya la importancia de consumir productos locales para fortalecer la economía y mejorar la salud. Iche transmite a sus estudiantes y visitantes la idea de que la gastronomía puede ser un motor de desarrollo, ofreciendo oportunidades de empleo y estimulando el turismo.
El esfuerzo de Iche y otros actores ha llevado a Manabí a ser reconocida recientemente como una región gastronómica mundial. Este reconocimiento pone a la gastronomía manabita en la mira internacional, abriendo puertas para que los jóvenes de Iche puedan expandir su conocimiento y sus habilidades a nivel global.
En palabras de Bellettini, “la comida manabita no solo debe ser conocida en Ecuador, sino que debe internacionalizarse y traer desarrollo”.
Un sueño que une mar y campo
La ubicación de Iche, entre el mar y las montañas, refleja la diversidad cultural y geográfica de Manabí.
A pesar de las dudas iniciales de quienes veían el proyecto como “una locura” por establecerse en una zona remota, el lugar fue elegido para representar esta riqueza cultural.
El paisaje, con su mezcla de mar y campo, simboliza la identidad “cholo montubia” de Manabí, y es una fuente de inspiración para quienes visitan y trabajan en Iche.
Iche no solo es un restaurante o una escuela, es un sueño que conecta a las personas con su tierra, sus tradiciones y sus comunidades. Con cada plato, con cada técnica aprendida, Iche transforma la vida de sus estudiantes y se convierte en un verdadero motor de desarrollo para el norte de Manabí.